Acorralado en la interna del peronismo bonaerense por los matanceros Verónica Magario y Fernando Espinoza, Insaurralde tiene al massismo como principal aliado para convertirse en candidato a gobernador del PJ en un frente con Unidad Ciudadana de Cristina de Kirchner. En la reunión del Consejo provincial del PJ, el fin de semana pasado en Santa Teresita, Espinoza difundió el resultado de una encuesta que ubicaba a Magario, intendenta de La Matanza, como la intendente-candidata con más intención de voto para la gobernación. Segundo aparecía el exalcalde y actual diputado de UC, y tercero Insaurralde. Se trata de la histórica interna de la tercera sección electoral entre Lomas de Zamora y La Matanza que ahora se potencia con la pelea por la candidatura a gobernador de Buenos Aires. Por eso Cristina ya avisó que no habrá PASO ya que no está dispuesta a enfrentar una carnicería política a cielo abierto en caso de ser candidata a presidente. El antecedente de la feroz Primaria entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez, que derivó en el triunfo de Vidal en 2015 aterra tanto a la expresidente como a Insaurralde.
Sin embargo, en esa contienda también se coló Axel Kicillof. El exministro de Economía también se anotó para pelearle la gobernación a Cambiemos y es el favorito de Cristina. No sólo por la desconfianza de la actual senadora hacia los jefes comunales del conurbano, especialistas en el corte de boleta y el supervivencia propia, sino porque además Axel es el candidato que más fideliza el voto kirchnerista. Es decir, Kicillof es la figura que más y mejor capta el caudal electoral de Cristina sin perder votos por el camino.
Negociaciones
Ante la emboscada del kirchnerismo, que cerca a Insaurralde con el dúo Magario-Espinoza y también con Kicillof, el alcalde de Lomas de Zamora inició herméticas negociaciones con Massa para explorar la posibilidad de armar una fórmula junto a Malena Galmarini. En ese esquema se especula incluso que si en abril Massa no logra romper el techo de 14% de intención de voto a nivel nacional, podría deponer su candidatura presidencial para apoyar a Roberto Lavagna. Para cerrar un acuerdo de unidad y poder derrotar a Mauricio Macri en un eventual balotaje, en el Frente Renovador esperan que Cristina tampoco se postule a la presidencia.
El eventual acuerdo bonaerense entre el cristinismo y el massismo también dividió las aguas entre los intendentes del PJ. Mientras figuras como Alberto Descalzo (Ituzaingó), referente del peronismo en la primera sección, están a favor de incluir al Frente Renovador en una coalición electoral contra el macrismo, el alcalde de Ensenada, Mario Secco, sostuvo que no quiere la unidad con Massa. “Más allá de la unidad del peronismo, quiero la unidad con los que luchan y no traicionaron. La unidad quiero hacerla con todos ellos. A veces me preguntan por la unidad con Massa, y no… si yo no tengo nada que ver con Massa”, lanzó el líder del partido kirchnerista Frente Grande, uno de los puntales de Unidad Ciudadana. Secco considera que “Massa ha co-gobernado con María Eugenia Vidal y con Macri y les ha votado todo lo que quisieron los liberales”. Felipe Solá, que abandonó el massismo para armar un frente “de unidad” junto al kirchnerismo, le pidió ayer al Frente Renovador que entienda como una “cuestión patriótica” la necesidad de avanzar hacia una “unión” electoral para disputar el poder en octubre y evaluó que “sería buenísimo” que Lavagna se integre al “peronismo grande”. Asimismo, consideró que el exministro de Economía tiene una posición política “muy limitada” para encarnar una hipotética candidatura presidencial.
Hoy, unos 20 intendentes de la provincia de Buenos Aires, encabezados por el presidente del PJ bonaerense, Fernando Gray, se reunirán para presentar un amparo colectivo contra la suba de tarifas.
