INFORME ESPECIAL : En Concordia hay más de “850 casos de desnutrición.”

Reconociendo que la malnutrición, incluidas la desnutrición y las carencias nutricionales, pasan de generación en generación en miles de gurises concordienses y, además, sigue siendo una de las principales causas del mal desarrollo físico y psíquico, como también de mortalidad y morbilidad en muchos barrios de la ciudad. DIARIOJUNIO refleja a través de distintos actores, como se detecta al niño desnutrido y, si el estado logra llevar a cabo un plan alimentario equilibrado, que aporte los distintos nutrientes que el organismo de un chico requiere, para mantener la salud y prevenir la aparición de enfermedades.

La desigualdad en el plato
De acuerdo a estadísticas de Atención Primaria de Salud municipal, el año pasado, en los catorce Centros y la Asistencia Publica, se atendieron 130.000 pacientes. “En los Centros apuntamos, primero a captar la mayor población posible, a darles una mejor accesibilidad para su atención. Y, por supuesto, intentamos diariamente detectar al niño desnutrido, al de bajo peso y talla para su edad. Al ingresarlo al sistema esta dentro de nuestra atención, y nos permite averiguar los diversos factores que produce esa desnutrición”, dice Susana Beatriz Calvo, responsable del área de Atención Primaria de Salud. La funcionaria señala que “el año pasado en los Centros se detectaron 850 casos de desnutrición, la mayoría son de grado uno”. Consultada acerca si esa cifra muestra realmente la dificultad nutricional de la niñez concordienses, nos dice: “por supuesto, si vos busca, seguramente el número será mayor porque lo estoy buscando. La estadística, el número no nos dice nada, la información que disponemos es que ha bajado muchísimo la desnutrición, los programas han ayudado mucho, porque es una ventaja para la madre tener la leche a disposición, tener un bono que contenga alimentos también ayudó, como los comedores”. Lo importante para la funcionaria del área de Salud es que “hay un vínculo claro entre salud y nutrición”. Para el seguimiento de ese chico desnutrido, Calvo considera que “la leche y el bono del plan focalizado como el Praf, es una estrategia que sirve y mucho. Porque ese alimento que recibe mensualmente la familia, hace que asistan regularmente al Centro de Salud y el chico tenga atención médica. Como también sirve para analizar el contexto familiar, que es fundamental para ver que grado de atención puede tener el chico”.

GALLO y CALVO
El auxilio nutricional que realiza diariamente el estado municipal a 1.400 chicos entre 2 y 5 años, desnutridos y en alto riesgo de desnutrición, son a través de: “11 Centro de Desarrollo Infantiles, 7 Comedores comunitarios, 2 Guarderías Jardín Maternal, 2 Centros de Cuidados infantiles y 1 Centros Integral Comunitarios, no sólo los asisten nutricionalmente, también afectivamente a los chicos, con un presupuesto de 2 pesos por día y por chico que envía la provincia, para darles el desayuno y almuerzo”, indica Miguel Gallo, Director de Minoridad y Familia. Consultada la responsable de Salud municipal, si con este presupuesto se puede sostener un programa alimentario que logre revertir la desnutrición, nos dice: “sí, el menú tiene el equilibrio necesario con su parte proteico, su parte de hidratos de carbonos, sus glúcidos, sus frutas. Tienen los componentes de una dieta adecuada y fundamentalmente los chicos la comen”.

La anemia, es otro problema derivado de la mala alimentación
Afecta principalmente a niños menores de dos años y a mujeres embarazadas. Recordemos que recientemente en un informe de DIARIOJUNIO, Patricia Ledo, jefa servicio de Obstetricia del hospital Masvernat, denunciaba que alrededor de 1.000 madres llegan al parto anémicas, y que del 22% de ellas, nace un niño con bajo peso. La política nutricional que el estado municipal, en coordinación con la provincia y la nación tiene para contener las embarazadas desnutridas o en riesgo y chicos de 0 a 2 años es de acuerdo a Calvo: “3 kilos de leche mensuales, y el ticket alimentario de $ 35 por mes, que contiene, aceite, yerba, arroz, margarina, polenta y fideos, estos elementos son estipulados por las nutricionistas del municipio, por supuesto si logramos captar a esa futura mamá y a los chicos, en los Centros de Salud. Es importante remarcar que los Centros de Salud abarcan a todos los barrios, es estratégico, para la captación tanto de la mamá como de los pequeños”.

Las “mágicas” bolsas para engordar
Un mecanismo repetido para solucionar los problemas alimenticios son las bolsas de alimentos. El municipio tiene una demanda diaria de 150 bolsas de alimentos y se entrega sólo un 40%, que a juicio de una profesional nutricionista consultada por este diario, “el valor nutricional que aportan esos componentes no resulta suficiente, no solucionan la desnutrición crónica. Con esa bolsa de alimentos es muy poco lo que se puede recuperar el peso del chico. ¡Ojo!, pero no revierten la situación de desarrollo o los problemas neurológicos que implica una mala alimentación que trae”. Destacamos que el valor de los alimentos que contiene estas bolsas es de $ 60.-

“Somos lo que comemos»
En Concordia, de acuerdo a los últimos datos del INDEC, el 27,7 % de su población se encuentra por debajo de la línea de pobreza, y el 7,2 % en la indigencia. Esto hace que haya cientos de niños, adolescentes y adultos enfermos por falta o mala alimentación, más exactamente por falta de nutrientes que necesitan, en cantidad y calidad adecuada, para desarrollarse física y psíquicamente. Un porcentaje importante de ellos, comenzaron de manera precoz, ya en el vientre materno, ya durante los primeros días o meses de la vida.

DOCENTES y CDI
“Que la desnutrición afecta el crecimiento corporal es un hecho evidente, lo que no es tan evidente, lo que no se ve con tanta facilidad, pero que es necesario ver con claridad, es que la desnutrición afecta el desarrollo cerebral, lo que implica consecuencias terribles para el aprendizaje”, dice Stella Mary Rivero, maestra del primer grado de una escuela del barrio Nébel. La docente prosigue describiendo: “Ya en la escuela, mucho de los niños que han sufrido o sufren desnutrición presentan bajo rendimiento escolar por poca atención y memoria deficiente, Los niños desnutridos también presentan apatía, tal vez por falta crónica de estímulos, y se muestran indiferentes al entorno, y esto es, una vez más, otra dificultad grave para progresar. En definitiva el chico es lo que come”.
Hay barrios que presentan peores condiciones socioeconómicas, como también nutricionales. Hay otros que los indicadores muestran datos menos alarmantes.
Al CDI Barrio Norte, concurren de lunes a viernes, 60 chicos, de 3 a 5 años no escolarizados. “Los chicos que ingresaron desnutridos este año, han sido 16. Pero la mayoría han levantado el peso. Nosotras tenemos chicos de los barrios con realidades diferentes, como el Llamarada, Las Viñas, Norte, Centenario, Itatí y Universidad. Hemos tenidos varios chiquitos de dos y tres años que les dábamos de comer con una cucharita y despacio, para que sus estómagos se acostumbren. Al chico desnutrido le cuesta mucho comer, hay que enseñarles a comer”, expresa Mary Alves, del CDI Norte
En el barrio Don Jorge, funciona un CDI donde concurren 50 chicos, “hay 17 chicos desnutridos. La desnutrición va más allá de la comida, es un tema cultural. Estoy esperando a Aylen y Ernesto, son dos niñitos desnutridos que vienen a la salita de cuatro desde principio de año. Hay que hacer malabares para que coman, porque no sabe comer. Esto tiene que ver con sus historias alimentarias, lo ves reflejado en la talla y en el retraso del crecimiento. Son muchos los chicos indigentes que no pueden acceder a condiciones nutricionales mínimas en el barrio”, dice su responsable, Olga Segovia
El Estado municipal, al 30 de junio pasado, lleva ejecutado en su presupuesto anual para atender a la asistencia social y específicamente para ayudar a reforzar la alimentación de cerca de 40.000 personas pobres e indigentes, $ 877.000. Para atenuar este flagelo, hay que sumarle los 2 pesos que aporta la provincia para asistir a los CDI y 8.200 Bonos Praf por valor de 35 pesos y 5.000 planes familias (jefes y jefas) que ayudan con $ 350.-
Es evidente que estos planes alimentarios estatales, están muy lejos de ser eficaces. Con estos presupuestos es imposible lograr achicar la inequidad nutricional existente.

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