Almada expresó que “después del copamiento del regimiento, informé la novedad en 1989 y por órdenes del Ejército fui trasladado a la ciudad de Paraná”.
El militar denunció haber visto torturas, fusilamientos y desaparición forzada de militantes del MTP. “Hecho que percibí por mis sentidos y que en el cumplimiento de la orden que nos había impartido Alfonsín, el de jurar fidelidad a la Constitución Nacional, observé conductas que no guardan relación de soldados en combate. No somos asesinos y me pareció correcto informar a la superioridad la desaparición forzosa de personas y que el Estado oficialmente informó que las personas se habían fugado del cuartel.
La denuncia
El sargento retirado afirmó que “entre las 10 y las 11 de la mañana” de aquel 23 de enero presenció la captura de dos integrantes de esa organización. y allí ellos manifestaron: “Me llamo Iván” y el otro decía: “Me llamo José” y me acuerdo perfectamente que en ese duro trance en que ellos era atormentados y flagelados imploraban por sus vidas. Uno de ellos decía: “Por favor señor, regáleme la vida, estoy arrepentido”.
“Iván Ruiz y José Díaz, estas dos personas fueron unas de las primeras detenidas con vida, se los ve caminando por todos lados con la manos en la nuca, fueron trasladados al fondo del cuartel, y allí fueron torturados salvajemente. Posteriormente fueron sacados en un Ford Falcon del cuartel. Estas personas fueron dadas como desaparecidos por el Estado”, expresó al tiempo que remarcó: “Se les aplicó ejecución sumaria”.
Almada también sostuvo en su presentación judicial que Berta Calvo, Francisco Provenzano y Carlos Samojedny fueron “detenidos con vida” y consideró “llamativo” lo que ocurrió con ellos durante la mañana del 24 de enero “Berta Calvo estaba mal herida, y dijeron “esta se nos va”, el jefe ordena “póngale la bolsita, esta chica apareció muerta en un lugar donde no se combatió dentro del cuartel. Al mediodía Calvo ya estaba muerta. Samojedny y Provenzano ya no están entre los detenidos sobrevivientes y se ha identificado sólo el cadáver de Provenzano”.
Otro caso denunciado por Almada es el de Claudia Deleis: “Presencié el fusilamiento de Claudia Deleis, ella levantó una bandera blanca y le ordenaron arrojarse al vacío a unos cinco o seis metros, se ordenó fuego libre y esta chica fue acribillada”.
“Yo era el operador que permanentemente estaba informado de lo que pasaba dentro”. Por lo que más tarde realizó la denuncia penal que “tampoco desmintieron”. Luego asegura que “el Ejército me crea una causa que es por “familiarizarse con un subalterno”, y luego vine traslado a Paraná, 30 días de arresto, confinamiento a Crespo, retiro obligatorio, prisión por irrespetuosidad, otras medidas muy duras y ahora el desalojo”.
Almada sostuvo que “el juzgado Federal de Paraná archivó la causa, y adoptó una medida muy dura y severa: me sacaron a la calle a mí y a mis hijas el 19, hace tres días. Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos, había solicitado al ministerio de Defensa porque iba a ser una contradicción a la política del Presidente”, remarcó.
Almada graficó que a la hora del desalojo “me cayeron varios militares, junto a la Policía Federal. Me dijeron que esa vivienda es del Estado, que la debía devolver. Es muy lamentable lo que hizo el juzgado Federal de Paraná, pero mucho es lesionar los derechos humanos”.
En tanto, finalmente aseguró que “el ministro del Interior Aníbal Fernández me recibió el 3 de marzo y me aseguró que no se iba a tomar ninguna medida”.