Esta decisión fue luego de que Kirchner dejó entrever sus sospechas al hablar en un acto en Avellaneda. Allí, dijo que apenas se dio a conocer que la inflación de febrero fue del 0,4 por ciento “empezó a aumentar el precio de la carne todos los días”. “Algunos quieren doblegarnos en el esfuerzo que estamos haciendo para que los precios no suban”, insistió. Pero luego remató: “Los que creen que hay un Presidente que se va a quedar con los brazos cruzados están equivocados”.
Luego de esto, el Gobierno se inclinó por la opción más drástica de las medidas en estudio para frenar el precio de la carne. Kirchner desechó la propuesta de los principales frigoríficos exportadores de auto limitar sus ventas al exterior, que consistía en una reducción de los envíos del 20 % respecto de los de 2005. Esa iniciativa nunca terminó de concretarse, a pesar del anuncio de las distintas cámaras frigoríficas del 3 de febrero pasado. Los empresarios sostienen que las dificultades de implementación surgieron por deficiencias burocráticas de los propios organismos de control del Estado.
Al parecer no coincidiendo con todo esto, el secretario de la Producción, Daniel Welschen y funcionario bustista, dijo al “Once Digital” que suspender por 180 días las exportaciones de carne hará que bajen los precios, pero advirtió que “estamos comprometiendo sustancialmente el desarrollo de la ganadería”.
Se asegura que, en lo que va del año, los aumentos de la carne rondan entre 22 y 29 %. Los movimientos en esa plaza repercutieron en las ventas al público. Representantes de las carnicerías afirmaron en declaraciones a Pagina 12, que esta semana debieron pagar entre 8 y 10 % más por la media res. El vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, Alberto Williams, aseguró que el comercio minorista trasladará esos ajustes al mostrador porque “no los puede absorber”. “Hay pocas ventas y no se puede reducir el margen de ganancias”,