La designación de Ziggiotti, como Coordinador de la División Cirugía (quien ya se desempeñaba como médico de guardia en el nosocomio), a mediados de diciembre pasado generó el terreno propicio para la discusión. La disposición interna 162/05 fue firmada por el director del Masvernat, Bernardo Henquin, y el director asistente, José Enrique Collomb. Argumentaban que había que cubrir el puesto vacante dejado por Enrique Sauré, quien se jubiló. En rigor, un hecho falso pues Saure nunca fue designado específicamente como “coordinador”
Enterado Rotman, a la vuelta de sus vacaciones, envió una carta el 10 de febrero al secretario de Salud, Juan Abolafia. En el texto, el profesional, quien accedió por concurso al cargo, pone de manifiesto que se trata de un retroceso “en la lucha permanente de la actividad profesional médica de tener, mantener y respetar la carrera hospitalaria, que ha sido producto de una larga lucha”. Incluso, acentúo el hecho que ni siquiera la última dictadura militar ha violado su carrera profesional.
El texto puntualiza que la designación significa “lisa y llanamente violar las disposiciones de la carrera hospitalaria, su régimen de trabajo, forma de ingreso, categoría”. Además, precisa que el cargo en cuestión no existe, ni está previsto en la ley, por lo que su creación y nombramiento resultan “totalmente ilegales”.
Por otra parte, el ex-ministro de Salud indicó que Sauré nunca ocupó el cargo de Coordinador de la División Cirugía. En realidad, el médico mencionado fue Jefe de Clínica Sector Cirugía en el hospital Heras, hasta diciembre de 2004, cuando fue trasladado al Masvernat con el mismo cargo. “Es decir que se basa en un hecho inexistente para justificar una decisión en contra de la ley”, dice la carta.
En otro párrafo de la misiva, el cirujano menciona la “importante preocupación en muchos profesionales médicos, que se ven menoscabados al ver como se viola una norma que perjudica el desenvolvimiento de la actividad”.
La apreciación se ve reforzada por la carta enviada el 26 de enero pasado a Ziggiotti por parte de un médico adjunto del servicio de guardia, Alberto Arturo Schatz, quien le hizo saber que reconoce como “único Jefe del Servicio” a Rotman, por lo que sólo acota las directivas emanadas del cirujano. “Me reservo al derecho como la ley lo especifica a interponer recursos administrativos e iniciar las acciones legales que correspondan”, agregó.
Por último, Rotman advierte en la carta que recurrirá a las instancias que correspondan con la finalidad de que se respete la ley.
Un antecedente de lo que acontece con Rotman lo sufre en carne propia Miguel Ángel Prince. Aunque hace más de 30 años que ingresó en el hospital y en ese lapso creó el servicio de Patología y el único Registro de Tumores que existe en el país, actualmente sigue trabajando en el mismo a pesar de que la mayoría del personal y de los aparatos fueron trasladados al Masvernat. Es decir, le vaciaron el servicio.
Allí fueron designados dos profesionales para cubrir el servicio de Patología. La última noticia de Prince se produjo a mediados del año pasado, cuando se enfrentó a una abogada para evitar que la dirección se lleve una máquina centrífuga, que por equivocación había solicitado.
Dos copias de la carta de Rotman fueron enviadas al presidente de la Asociación Médica de Concordia, Ernesto Raimundo, y al presidente de la Asociación de Cirugía de Entre Ríos (que Rotman también presidió), Alberto Carmagnac.
