En la casa habita una familia integrada por cuatro personas. En momentos en que la mujer, Lucrecia Peralta, estaba cocinando, una cortina fue alcanzada por la hornalla encendida y rápidamente se encendió. Las llamas alcanzaron una de las paredes y el techo. Pero la existencia de un piletín de donde recogieron agua hasta que llegasen los bomberos preservó la estructura de madera. Sólo se quemó la cocina.