Mientras gozan de los privilegios que a las organizaciones sociales, los gobiernos populares y los trabajadores comprometidos les costaron su propia sangre, ellos andan muy campantes teorizando con herramientas que el sistema imperante les deja como hueso en la búsqueda de la sociedad perfecta.
¿Y que encuentran? El placebo intelectualoide de sentirse diferentes. ¿Diferentes de quiénes? ¿De los que anhelan una sociedad más justa, inclusiva, y con oportunidades? ¿o de aquellos que detentan el poder real y a través del mismo sojuzgan a las mayorías? Es bastante obvio que su posición mantiene intactas las columnas de un sistema depredador de personas. ¿Lo hacen conscientes? En parte sí, en parte no, a nosotros nos importa y afecta, siendo nosotros los que día a día solo pretendemos tener una vida, una sociedad y una latinoamerica libre, libre de verdad, y no una ilusión retórica. Siendo ellos los que la vida es solo un número fiscal, un punto más del pbi, o una cuota del fondo monetario internacional, o una cuenta off shore. Es una ventaja para este minoritario grupo de inescrupulosos contar con los del medio.
La lucha está en la calle, en los corazones de la gente con ideales revolucionarios, la lucha es con uno mismo para no caer en la tentación mediática de odiar al compañero trabajador que alcanza más pronto los derechos que le corresponden, la lucha es identificarse con su propia clase, y despreciar la asquerosa avaricia de los poderosos, la lucha es quererse más, la lucha es no hacerle el juego a la derecha con las tentaciones de la meritocracia, ya que la única forma de alcanzar el éxito es cuando lo alcanzamos las mayorías y no un aislado ser humano.
Ser del medio es una odisea sin destino.
Zurdo Guattini