Imaz sostuvo que “si el negocio de recibir los bonos no les resulta a los comerciantes, que no los reciban pero hacer un descuento de cualquier manera o disfrazado de cualquier otra maniobra es una deslealtad comercial total”.
Además, confirmó al programa radial “Comprometidos” (LT 15) que hay un listado de comercios que trabajan con los bonos, y que las compras quedan registradas porque se realizan con el sistema de código de barras. Además, indicó que la elección de los comercios de trabajar con los bonos fue “en el uso de su total libertad”. Pero, de pronto: “entramos en la viveza criolla que va en detrimento de gente que realmente necesita una ayuda”.
El secretario de Salud señaló que, para evitar los descuentos, elaboraron un listado de los comercios que reciben los bonos sin recargos. Incluso, los alientan a que realicen algún tipo de oferta.
El responsable de la cartera de Salud puntualizó que a través de los bonos ingresan cerca de $ 300.000 a la economía de la ciudad. Y recordó que antes, no había bonos, y la mercadería que se entregaba no se adquiría en el mercado local sino que venía de afuera. “Venían en camiones y se entregaban las bolsas”, precisó.
Con los bonos, se pueden adquirir carne, verdura, fruta y productos de almacén. Actualmente, el valor de los PAF es de $ 36 pesos, y el valor de los PRAF oscila $ 32 y $ 47. Hasta ahora y a pesar de la inflación, el valor de los mismos no se modificará. Imaz dijo que no tenía ninguna noticia al respecto.
En su momento, el mecanismo fue seleccionado para que los beneficiarios puedan elegir el lugar donde adquirir las mercaderías. Incluso, la intención es que las amas de casa se habitúen al sistema en previsión de que puedan volver a comprar mercadería con dinero aportado por sus maridos, quienes se prevé que, en el futuro, dejarán de ser desocupados.