“Es muy importante para mí poder lograr que este acontecimiento sirva de alguna manera para ayudar a mucha gente que no sabe cómo se busca”, sostuvo el hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya, secuestrados y asesinados por la última dictadura militar.
En este marco, afirmó que “en Olavarría hay gente que va a tener que dar muchísimas explicaciones” a la Justicia en el marco de su proceso de restitución de la identidad y entendió que eso “va a servir también para la opinión pública de la ciudad”, para que “la gente aprenda a cuestionar algunas cosas que han estado solapadas”.
Ignacio Guido Hurban dijo esperar que esto sirva no sólo para su propio proceso de restitución “sino que también para la restitución de más gente que anda por ahí con dudas”.
“Olavarría es una ciudad que se ha caracterizado en gran medida por mirar al costado en estas situaciones relacionadas con la dictadura. Y creo que todo esto va a servir para tener en cuenta que han pasado muchas cosas. Y que habrá que investigar lo que haya que investigar y que cada uno tendrá que hacerse responsable de lo que haya hecho”, planteó Ignacio Guido.
Por otro lado, sostuvo que, antes de que se precipitara la búsqueda de su identidad, él tenía “nada más que un ruido, algo que no podía explicar, que estaba ahí”, y que, con su participación en Música por la Identidad tomó conciencia y encontró “herramientas” para después poder enfrentarse con la búsqueda de la verdad.
Al referirse a lo que significó para él el encuentro con su familia de sangre, indicó que “hay cuestiones mágicas” que te conectan rápidamente” y sostuvo que, “si hay amor como hubo en mi crianza y hay amor como hubo en la búsqueda, es más fácil”.
Consultado sobre sus sensaciones en relación a personas de Olavarría que pudieron haber participado de su apropiación ilegal, Ignacio Guido respondió: “No se apropiaron de nada. La prueba está en el amor que hay entre los Carlotto y ahora yo me meto en esa marea de amor de los Montoya y eso muestra que no se apropiaron de nada. Han suspendido una verdad durante un tiempo”.
“Yo fui y de hecho soy el músico que era mi papá y que era mi abuelo paterno, y soy hasta el orador que era mi mamá. Entonces, no hemos perdido nada. Le ganamos hasta a la propia muerte”, remarcó y afirmó que “la verdad no se tuerce con nada” sino que “sólo se suspende por un tiempo”.
Además, sostuvo que “la recuperación de la identidad no viene a revolver” sino a “resolver”, y que, “en esa letrita, está la decisión de que no repitamos nunca más y podamos criar a nuestros hijos en la más absoluta de las verdades”.