Según los medios locales, los refugiados rompieron una puerta fronteriza cerca de Röszke, y las autoridades respondieron con un mayor despliegue policial, con camiones hidrantes y móviles antidisturbios.
Por otra parte, en Croacia, el primer ministro Zoran Milanovic dijo: "Pueden pasar y nos preparamos para esa posibilidad. Sobre todo tendremos en mente los intereses y la seguridad de Croacia, pero no olvidaremos que somos humanos y cristianos por encima de todo".
El país de los Balcanaes se comprometió en los últimos días a acoger a 1.064 refugiados en el marco del plan de reparto de refugiados que negocia actualmente la Unión Europea (UE). "Estamos preparados a canalizar a esas personas (…) sin importar su color o su fe. Esas personas están aquí, son mujeres, niños y hombres que quieren vivir y crear, pero no quieren estar en Croacia", apuntó el premier.
En tanto, el dirigente opositor croata Tomislav Karamarko, del partido Unión Democrática croata, criticó al gobierno de Milanovik por lo que consideró una lenta respuesta. "Hemos advertido (…) de que deberían finalizarse los planes (…) En el momento en que los húngaros empezaron a construir la valla quedó claro que era un desvío hacia Croacia", dijo el declaraciones a al televisión estatal HRT.