
Según explicó, la ciudad está atravesado por numerosos cursos de agua menores que son afluentes del río Uruguay. El ejido está delimitado por dos arroyos, el Yuquerí chico al sur y el Ayuí al norte. “Y el medio del ejido es atravesado por varios arroyos grandes como el Yuquerí Grande y el Manzores, y arroyos chicos como el Salto Chico, el Duraznal que tienen su cuenca y otros ramales asociados”, indicó. Uno de ellos, el Ayuí Chico, tiene muchos afluentes como los cursos de agua que atraviesan en cercanías del Barrio Golf y otro cerca de Villa Zorraquín y Boulevard Ayuí. “Concordia tiene una zona hidrológica vasta y muchos de sus cursos de agua ingresan en la ciudad”, añadió.
A diferencia de Corrientes, donde Etchepare vivió muchos años, en Concordia es más difícil determinar los humedales. En la vecina provincia mesopotámica, son fácilmente discernibles porque están ubicados en la zona de los Esteros del Iberá, en la zona central de la provincia, por donde antiguamente atravesaba el río Paraná que fue retirándose a la zona que ocupa actualmente. “La costa del Paraná tiene un valle de inundación mucho más grande Son muchos más notorios los valles de inundación de Esquina, de Paraná, de Diamante”, indicó. “Los arroyos que tenemos acá son de pendiente grande, muy canalizados”, dijo.
El biólogo celebró la preocupación de la ciudadanía por los temas medioambientales que son relegados por los organismos públicos. Pero, a su vez, remarcó la importancia de que los organismos públicos tomen cartas en el asunto y «hagan bien las cosas».
En ese sentido, Etchepare remarcó que trabaja para el Conicet y no para el municipio. «No tengo ningún pelo en la lengua para decir cuando el municipio está haciendo mal las cosas», indicó.
El Consejo de Humedales ha brindado varias charlas de capacitación al municipio. De hecho, en el Consejo de Humedales se resuelven numerosos expedientes y dudas que llegan desde los expedientes que presentan los ciudadanos, remarcó. Y, añadió, la Asamblea Ambiental “lo sabe”. “Ellas fueron integrantes del Consejo de Humedales y se retiraron sin decir palabra, sin decir el por qué”, reafirmó.
Según Etchepare, la Asamblea presentó una nota pidiendo explicaciones y fue respondida. En esa nota, se aclaró que no se generó ningún puesto nuevo de trabajo en el municipio por la formación del Consejo de Humedales. “Son representantes de distintas oficinas que se reúnen para dictaminar sobre los expedientes. Todo eso se aclaró y veo preocupante que vuelvan a insistir con lo mismo, generando dudas. Y esto no es bueno para la sociedad porque sino todo lo público es malo, se hace mal”, dijo, dejando la duda si no hay un “tinte malicioso” en las críticas.
El biólogo no tiene conocimiento que haya otra ciudad como Concordia que haya sancionado una ordenanza específica para proteger los humedales. Y sostuvo que es pionera en la materia.
“Vuelvo a recalcar que el Consejo de Humedales no maneja fondos. El Consejo de Humedales es ad honorem. Yo dejo de lado muchísimas horas de trabajo. Hay que recalcar que tanto el oficialismo como la oposición tienen representantes en el Consejo de Humedales que participan de manera activa”, añadió.
De la misma forma, remarcó que los fondos para realizar el inventario de humedales en la ciudad fueron solicitados al CFI (Consejo Federal de Inversiones). “El proceso atravesó una exhaustiva revisión provincial y nacional que comprende informes escritos y orales cada tres meses. Se deben llevar al día todos los documentos. El CFI no le da a cualquiera fondos”, remarcó.
Intervención del Consejo de Humedales
Etchepare sostuvo que, tras las capacitaciones, el personal municipal ha paralizado varias obras tomando en cuenta el ‘principio precautorio’ que consiste en frenar actividades dentro de la ciudad cuando haya posibilidades de afectar un humedal. Y enumeró que han intervenido en cerca de 25 o 30 expedientes por obras públicas y privadas.
“Cuando hay un sitio con posibles características de humedal, un profesional toma una intervención y se hace una caracterización ambiental que se la brinda al equipo técnico de humedales y luego se dictamina”, remarcó.
En avenida Independencia al 300, donde hay un movimiento de tierras para tapar un terreno lindero a un curso de agua natural, Etchepare dijo que estuvieron viendo que estaba sucediendo. Y llegaron a la conclusión de que la zona donde se está llevando adelante una obra privada no era un humedal sino “un terreno con pendiente pronunciada y alto drenaje”. En cambio, la zona de humedal ya estaba protegida por ordenanza que establece que se deben dejar 10 metros a cada lado de los cursos de agua.
Otro lugar donde debió intervenir el equipo técnico de humedales fue en la cabecera del arroyo Manzores, propiedad de la familia Baggio (detrás del hipermercado) donde fue cedido el terreno en comodato al CEC (Centro de Empleados de Comercio) para la construcción de un polideportivo para los afiliados. “En la parte sudoeste de las cuatro manzanas hay un pequeño humedal asociado a la cabecera del arroyo Manzores”, dijo. Cuando comenzó el trabajo de relleno del desnivel del terreno, el municipio intervino dando sugerencias de como incluirlo de forma paisajística al humedal dentro de esa obra.
Diferencias entre humedales urbanos y naturales
Etchepare explicó que hay diferencias entre los humedales ubicados en zonas urbanas y aquellos que se encuentran en áreas naturales. El ejemplo que utiliza es el de una pareja que adquiere un terreno para construir su hogar. “Si tiene un humedal atrás, el municipio tiene que dar una respuesta y no puede ser solo de carácter prohibitivo”, dijo.
El biólogo sostuvo que es “inevitable” por el proceso de urbanización que algo de diversidad se pierda. “Lo que se busca es potenciar las cualidades que aún conservan como contener el agua de lluvia, purificarla y ralentizar el escurrimiento al río”, sostuvo.
“Creo que esa confusión de creer que un humedal urbano debe conservar las mismas propiedades que un humedal natural es una confusión muy grande porque en una ciudad se debe conjugar urbanización y conservación. O hacemos urbanización o hacemos conservación. Los dos extremos están mal”, opinó.
Etchepare reivindicó el trabajo del municipio, pero admitió que también hubo y hay errores. “Pero es un cambio de paradigma muy grande cuando hace un tiempo a nadie le interesaban los humedales. Es bueno resaltar que ese cambio se está dando en Concordia”, dijo.
Asimismo, indicó que los ciudadanos que observen obras en terrenos que creen que pueden llegar a ser un humedal deben dar aviso a Udaapa (Unidad de Desarrollo Ambiental y Administración del Parque Abasto), cuya sede está ubicada en avenida Néstor Kirchner y calle Salta. O a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del municipio.