Hoy viernes a las 20 hs. el libro “Palabra Viva” será presentado en la escuela Normal

¿Cómo se realizaron el relevamiento y la selección de los textos?
——–Primero realizamos una convocatoria colectiva a que todos los socios y socias de la SEA nos hicieran llegar la información de que dispusieran sobre escritoras y escritores desaparecidos, y nos apoyamos también en libros, revistas y folletos que tenían información parcial pero que nosotros unificamos. Así realizamos el 22 de marzo de 2001, dos días antes de los 25 años del golpe, la primera presentación pública de los nombres de los desaparecidos, que en ese momento era de aproximadamente 50, en un acto muy importante. Era el primer trabajo sistemático en este terreno. Luego, una comisión de la entidad estuvo trabajando casi un año recopilando más nombres pero sobre todo buscando textos de esos autores. Fue una tarea dolorosa pero necesaria, y muy dificultosa. Habían pasado muchos años, demasiados, lo que tornó a ésta una tarea casi detectivesca. Un cuarto de siglo no pasa en vano: se habían perdido contactos, familias dispersadas, exiliados inhallables, amigos perdidos, mudados o muertos, libros, revistas y textos perdidos.
Por este motivo es que de los 103 escritores recopilados, sólo conseguimos textos de 71. De los 32 restantes sabemos que eran escritores (es decir, que escribían en forma periódica y consciente), por los testimonios que nos esforzamos en corroborar.
De los escritores que conseguimos bastante material, simplemente elegimos los textos que a nuestro entender eran los más logrados. Y los estilos literarios son variados: en la recopilación hay poemas, cuentos, fragmentos de ensayos, prólogos, entrevistas, y hasta cartas personales.
Pero no sólo los textos cuentan en el conjunto del libro: cada autor lleva su biografía y las circunstancias de su desaparición. El conjunto de las biografías y los textos hacen del libro algo sumamente conmovedor, que a quienes ya han tenido la oportunidad de leerlo los ha golpeado en lo más profundo del corazón.

¿Hay escritores de todo el país?
————Le diría que sí, pero no puedo darle ahora una distribución regional. También la represión se dio en forma desigual en el país. Por cierto son mayoría los capitalinos y bonaerenses, pero hay también tucumanos, santiagueños, correntinos, pampeanos, misioneros, riojanos, puntanos. Hemos llevado nuestro afán de exhaustividad hasta el límite de nuestras posibilidades. Habrá errores, sin duda, inevitables. Pero al menos este trabajo de recopilación no lo realizaron universitarios norteamericanos con becas jugosas y un año de dedicación exclusiva, sino los propios compañeros de nuestros desaparecidos en medio de las luchas de todos los días.

Además de difundir aquellas voces que fueron silenciadas, ¿qué otro
objetivo tiene esta antología?
————-Le diría que la toma de conciencia que esta recopilación puede promover será una trinchera más para que hechos como los sucedidos no vuelvan a suceder. Además nos interesa especialmente que la lea la juventud, que quizás no leería un libro de historia de esa época, pero que leyendo Palabra Viva va a tener una idea concreta de lo que fue el horror de la represión militar. Y se van a sentir identificados, porque la mayoría de los desaparecidos eran jóvenes.
¿Cuál es el compromiso de la SEA para continuar con este tipo de
publicaciones? ¿Tiene por finalidad el rescate de la memoria?
————–La SEA no va a ser una editorial, publicamos como editorial este libro porque no quisimos que estuviera en el catálogo de una empresa comercial. Sí es más que probable que salga una segunda edición (dependerá de en cuánto tiempo se agote ésta) con los agregados y correcciones inevitables. Y no, no diría que tiene como objetivo el rescate de la memoria (aunque de hecho lo haga), sino que sea un arma más de lucha contra los representantes de la muerte, de la explotación, de la entrega del país, que por cierto no han dejado de conspirar contra el pueblo.
¿Cómo ve la SEA desde Buenos Aires la situación de los escritores del
interior del país?
————–En primer lugar, una gran pujanza y una enorme cuota de talento. En la Argentina se está creando literatura, especialmente poesía, que es lo que más conozco, de un enorme valor. Hay grupos trabajando activamente en todas las provincias, en la mayoría de las ciudades.
Por otro lado, en el tema de las ediciones que tanto nos preocupa, las dificultades en el interior no son distintas a las de Buenos Aires. Es necesario luchar para que reaparezcan los subsidios a las ediciones.
¿Por qué inquietud o necesidad nació la SEA?
—————Tiene que ver con la pregunta anterior. Los escritores no estábamos representados en el campo de discusión de la cultura o de la defensa gremial, no existíamos. Los supuestos representantes eran un grupo que sólo estaba en los papeles y que se dedicaba a autoperpetuarse mediante el fraude y, de paso, a destruir a esa institución. La SADE agoniza (y no lo digo con alegría) por culpa de lo que llaman SADE Central.

¿Hay un resurgimiento editorial en el país?
————Voy a repetir una respuesta: la primavera que están viviendo las editoriales argentinas es un producto pasajero de la devaluación. Nada más que eso. La verdad es que se está leyendo cada vez menos, y no sólo en la Argentina. El problema que tienen las editoriales es que no pueden parar de editar, porque si paran de editar tienen que cerrar, y como son un negocio tienen que, inevitablemente, sacar libros todos los meses, aunque lo que editan lo tengan a los dos meses de vuelta en los depósitos. Y viven rezando para que les aparezca uno de esos best-seller que las salve. Es una máquina, un circuito que necesita alimentarse a sí mismo. Las editoriales viven en una burbuja financiera, pero la cuestión es que las editoriales cada vez están más ricas y los escritores cada vez más pobres, salvo una pequeña elite que forma parte de ese circuito que vende.

Volviendo a la antología, se trabajó con textos de muertos y
desaparecidos por la dictadura, ¿qué repercusión crees que va a tener aquí y
fuera del país? ¿Cómo fue tu proceso en este trabajo?
————La llamamos recopilación, ya que no es una antología; es decir, no elegimos a algunos autores, sino que incluimos a todos los que pudimos conseguir. Luego sí seleccionamos qué textos incluir, aunque de muchos pusimos lo único que teníamos. La repercusión ha sido inmensa. En primer lugar por un motivo un poco espurio, ya que la unión de “escritor” y de “desaparecido” es periodísticamente atrayente. Pero al margen de eso, que en realidad no tiene mucha importancia, despierta indignación tomar conciencia exacta de la magnitud de la masacre que perpetraron los militares en la Argentina, y el hecho de que sean escritoras y escritores (a quienes se puede suponer gente más sensible, espiritualmente más “elevada”) potencia esa indignación. No quiere decir que yo comparta esta diferenciación, pero comprendo que tiene peso en la sociedad. El asesinato del más humilde obrero es tan indignante como el de cualquier intelectual, y a los dos los reivindicamos por igual, por supuesto.
Nos han llamado y entrevistado, aparte de los medios nacionales, de México, Francia, Italia, el País Vasco, Alemania, España, etcétera. Y lo que vendrá ahora, cuando el libro ya esté en la calle. Ya tenemos invitaciones para presentarlo en decenas de ciudades argentinas.
Y el proceso que sufrimos nosotros al ir armándolo, escribiéndolo, es similar al que van a tener los lectores: creo que agrega una dimensión nueva a la comprensión de lo que pasó en este país, especialmente al leer las biografías, que tienen tanta importancia como los textos.
Además hemos aprendido mucho: por dar un ejemplo, que el 2 de enero de 1976, dos meses antes del golpe, Haroldo Conti le escribió a un amigo que se venía un golpe sangriento, que éste se iba a producir en marzo, y que la inteligencia militar calculaba que iban a matar a 30.000 personas. Esa carta está en el libro.

Características de la antología, cantidad de páginas, tirada, ¿alguien
más la auspicia?
———–El libro tiene 260 páginas y una tirada de 5.000 ejemplares. Formato 14 x 20 cms. La tapa es una pintura de Franco Venturi, pintor que perteneció al grupo Espartaco y fue el primer artista plástico desaparecido, el 20 de enero de 1976 en Mar del Plata. Y lo pudimos editar (ya que la SEA es una entidad con escasos recursos) gracias a que la Conabip nos compra 2.000 ejemplares para todas las bibliotecas populares del país. Lleva un prólogo de la SEA, otro de la Conabip (su presidenta, Lic. María del Carmen Bianchi) y un tercero de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (el jefe de gabinete, Dr. Rodolfo Mattarollo).

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