La apuesta no era sencilla, no solo veníamos de la peor crisis económica, política y social del país. Veníamos de la experiencia de un semanario de papel (que primero se llamó Setiembre y luego Junio) que, a pesar de ser muy leído, debió cerrar pues nuestros lectores, muchos de ellos, docentes, no cobraban sus salarios, tenían dificultades para pagar el precio de tapa y conseguir publicidad no resultaba sencillo. En ese momento nuestra moneda era papel pintado (Bonos Federales) y, peor aún, los principales medios de prensa aseguraban que nuestro destino era convocar a especialistas internacionales en economía para que conduzcan el país. O sea, mucha esperanza no nos daban los dueños de la Argentina. El antecedente inmediato fue que habían pasado por la presidencia de la Nación varios mandatarios en una semana y acababa de ser electo como presidente un personaje poco conocido que apenas había logrado el 23 % de los votos.
En Entre Ríos las clases no habían terminado en el 2002 y tampoco habían comenzado en el 2003. Apenas unos días antes de iniciar esta experiencia periodística, el recién electo presidente Néstor Kirchner había llegado a Entre Ríos (28 de mayo) a saldar la abultada deuda que el Estado tenía con los docentes. Ese era el clima de nuestros inicios con una propuesta callejera que se expresaba en graffitis y que rezaban… “Argentina tiene una salida : Ezeiza”.
Nosotros y como la inmensa mayoría del pueblo de este país, pensamos en que había que seguir apostando. La idea movilizadora fue que nuestro destino debía ser poner nuestro granito de arena desde el lugar que nos tocaba y pensar que nuestro destino debía estar al lado del destino del otro.
Al nacer nos propusimos ser un medio que uniera a la provincia informativamente. Decíamos que desde la aparición de Internet este medio estaba llamado a cumplir el rol que hacía dos décadas atrás y desde mucho antes, cumplía la radio. Y agregábamos, si es posible que nos enteremos al instante lo que ocurre en un país tan alejado como China o Japón o cualquier otro de Europa y el mundo, no podía ser que en cada ciudad entrerriana demoremos días en enterarnos lo que sucede en la de al lado.
Acertamos, a poco de nacer y a través de corresponsales en la región nos transformamos en una vía rápida de encuentro. Hoy eso ya es historia, la fluidez comunicativa está asegurada.
Ya con un poco más de lectores pensamos que además de información podíamos aportar al debate de ideas a concentrarnos también en Informes Especiales que nos ayuden a contar con un tipo de información más calificada. Así creamos un tipo de semanario web que se llamó “Debate y Opinión”. Era como otro diario o un blog que difundíamos como un banner con tapa y todo al costado derecho. A poco de andar nos dimos cuenta que nuestros lectores, poco conocedores aún de la navegación por la web, ni se enteraban de ese esfuerzo nuestro, así que, suspendimos ese sistema y publicábamos esas notas directamente en el portal Diario Junio.
Ahora, tenemos un suplemento turístico y cultural binacional que abarca a toda la región de Salto Grande incluida la Banda Oriental, el país hermano, al menos hasta Fray Bentos.
Hoy y gracias al trabajo y compromiso mancomunado de todos los compañeros que pasaron por este diario y de los que aún seguimos, pasamos de aquellos 200 y piquitos primeros lectores diarios a los actuales 50.000 (números redondos), con algunos picos mayores como cuando este diario cubrió las históricas elecciones de Venezuela (fuimos el único medio provincial en hacerlo), las últimas del líder Hugo Chávez como candidato. En ese momento, el programa que conduce en Radio Nacional Mario Wainfeld le hizo una nota al director y corresponsal de este diario en ese lugar, con el fin de que hiciera un informe sobre lo que había visto en ese país convulsionado.
Previo a esa nota radial, el generoso colega Wainfeld hizo una presentación tan elogiosa de este medio y de su director, exagerando obviamente, pero bueno, el punto es que fue una nota bastante larga y lo curioso ocurrió al otro día. Esa nota publicada sobre el acto de Chávez ya había superado las 80.000 visitas, solo esa nota. No lo computamos como un mérito del diario o del autor, obvio. Es exclusivo mérito del colega porteño cuya masiva audiencia saltó a la vista.
Lo que tenemos para contar no son puros logros y flores, no, lejos de eso.
Hacer un periodismo sin tutelas como el que elegimos hacer, implica riesgos y malos ratos.
Salvo para nuestros lectores ansiosos de buena información y análisis y cercanos a nuestras ideas, no solemos caer muy simpáticos que digamos. Tenemos una visión de este proceso nacional y hemos sido o somos críticos de la falta de sintonía que a veces se expresa en esta provincia o ciudad. Lo decimos claro y no gusta, a veces enfurece, pero debemos decir que a pesar de esas diferencias el trato es de respeto.
Muchísimo menos simpáticos les caemos a los opositores a todo. Ellos se encargan de denostarnos todas las veces que pueden, igual que todos aquellos que por nuestra tarea específica, informar, han integrado la larga lista de personajes de esta ciudad o provincia de los que hemos hablado y no precisamente muy bien. Siempre duele cuando un espejo nos muestra la parte que no nos cae bien de nosotros mismos o no nos gusta.
Nada de todo esto fue óbice para ocultar, esconder o censurar aquellas informaciones u opiniones que están en las antípodas de nuestra línea editorial, al contrario. Tenemos el orgullo de decir que ningún opositor puede expresar que DIARIOJUNIO no publica sus acciones políticas y muchas veces sus opiniones, nadie. Esa fue precisamente una de nuestras premisas al nacer, una de nuestras razones de ser, lo que es noticia se publica, punto, aunque desagrade.
Quizá sería reiterativo decir desde aquí que Concordia tiene aún resabios de la potente cultura censuradora que la distinguió por años. Nosotros nos propusimos como la contracara absoluta de esa impronta, aun a nuestro pesar.
Nuestra aversión a la censura fue quizá la principal razón que nos impulsó a generar un espacio de opinión para nuestros lectores y lo seguimos manteniendo a pesar de ser muy críticos de la impronta agresiva que le imprimen algunos de ellos.
Muchas gracias a todos.
