DAVID VIVÍA EN EL MISMO BARRIO DONDE ASESINARON AL ENTRERRIANO LEPRATTI EN 2001
Según el relato de De Luca, David (el chico de 18 años brutalmente asesinado a golpes) era de Ludueña. Una barriada pobre del Noroeste rosarino. De allí conocen a Claudio \»Pocho\» Lepratti, el entrerriano de C. del Uruguay, asesinado por la policía de Reutemann en 2001.
También vivía en ese territorio \»Meche\» Delgado una trabajadora social que falleció en medio del fuego cruzado de dos bandas en disputa por un negocio relacionado a las drogas.
“Una zona dura donde es más fácil estigmatizar, que poner una oreja y escuchar que pasa allí o solamente brindar un abrazo”, dijo De Luca.
A David lo condenaron. Lo hizo Clarín cuando lo ubicó en tapa como motochorro y lo hacen otros cuando lo califican como culpable antes que la justicia diga lo suyo. David no tenía antecedentes. Era un pibe laburante, en los dichos del fiscal, la familia y amigos, aseguró el periodista contactado por DIARIOJUNIO.
EL ASESINATO Y LAS PRUEBAS CONTRA LA VÍCTIMA…
Muchos vecinos de la joven asaltada avalan lo sucedido y lo justifican por la inacción del Estado.
Recorres Azcuenaga (el barrio de clase media, media baja donde ocurrió el hecho) y nadie da detalles de lo ocurrido, tienden un manto de complicidad bajo su silencio. El fiscal que trabaja en el caso está buscando pistas que conduzcan a los responsables. Ayer RosarioI12 revelaba que hay una cámara de seguridad de un vecino que debía tener alguna toma de lo que pasó.
EL PAPEL DE POLÍTICOS Y MEDIOS…
Salvo algún caso menor ningún partido o frente, trató de sacar rédito de esto. La condena aparece en la mayoría de los comunicados. Los dos canales de TV abiertos se turnan buscando casos similares para seguir la cuenta y tiene su rebote en los digitales y en menor medida en la edición papel de El Ciudadano, RosarioI12 o La Capital, cuenta Claudio De Luca.
Los medios repudian pero avalan la salida de mensajes que saludan el asesinato y piden mano dura. La Capital traerá el miércoles un suplemento especial con todas las escuchas telefónicas donde supuestamente se incitaba al asesinato del juez y el fiscal.
De Luca aclara que el supuesto se debe a que, hasta donde se sabe, no hay causa abierta sobre el tema.
“AQUÍ SE VENDE DROGA”
El periodista cuenta también que el jueves estuvo en el sur, en Tablada (donde ocurrió el Triple crimen de Villa Moreno) en un portón había un cartel \»Aquí se vende droga\», pensamos que era un escrache. No se confundan nos dijo un vecino y eso quizá muestre el nivel de impunidad que hay en algunas zonas.
Hace unas horas me mostraron algunas cartas que llegaron al decano a raíz de una nota a la Psicóloga Marisa Germain que llevó como título: \»El Estado peligra ante la idea de que cada uno se defienda por sí mismo\». El nivel de violencia e intolerancia de esos lectores era tremendo y no escribían unas líneas.
Estamos ante un debate abierto que espero no quede en el olvido.
Toda esta violencia urbana está cruzada por la narcocriminalidad y la complicidad de algunos sectores de la policía.
Anoche De Luca cuenta que le toco cubrir un largo encuentro con gente de la red antimafia (donde hay algunos personajes locales más Gustavo Vera y la hermana Marta Pelloni), estaban víctimas de hechos violentos. Una señora, a la que le mataron su hijo, me dice que nadie hace nada contra \»los negros con gorrita\». Como decirle a esa señora, dolida por la ausencia de un ser querido, que hace mal en hacer esas calificaciones. A su alrededor otros con casos similares, asienten y aplauden lo que ella dice ¿…?
Por último, el Estado provincial y municipal anuncian obras en los barrios más \»duros\»: la apertura de calles, la construcción y recuperación de espacios públicos, la ejecución de desagües cloacales, redes de agua potable, y algunas \»soluciones habitacionales\» entre otras acciones. Son 4 mil millones en dos años. Pero es poco y llegará tarde en muchos casos, finalizó su relato.
REDES SOCIALES Y NOTAS…
Ayer en las redes sociales el debate sobre el tema era intenso. Entre las tantas cosas que aparecieron rescatamos una nota aparecida en “Miradas al Sur”, que decía esto…
Mataron a David, como 50 personas fueron, los pocos diarios que lo publican dicen que los agresores eran todavía más.
David es un pibe que salió a chorear porque quería cosas: droga, zapatillas piolas, qué se yo, cosas.
Salió a dar miedo y quizás alguna vez haya disparado un arma, no lo sabemos y no se lo podemos preguntar.
Salió y robó porque seguro sus amigos del barrio también lo hacen, porque la escuela que dejó no pudo ayudarlo a entender otra manera de vivir, porque ninguna organización barrial llegó a dar con él, porque de pibe capaz vendía pañuelitos y se rompió los huevos de que lo echen de los bares, no se, algún motivo permite en este universo que una persona desde que es un guachín pueda pensar que robar está bien, una situación que nos involucra a todos y que nos deja en iguales condiciones de víctimas a los que roban y a los que son robados.
Puede que responsables de esto los haya más y menos en cuestión de calidad, pero todos tenemos nuestra parte, algunos se hacen cargo de las cosas que pasan, por suerte sigo conociendo a muchas personas así. Otras matan a golpes a un pibe, y como eran entre 50 y 100 no puedo saber si los conocía, lo que sí lamentablemente conozco es gente compartiendo la noticia con comentarios que los hacen cómplices de un homicidio.
Algunos incluso se ríen de lo sucedido, serán insensibles, o muy pelotudos, pero les juro que se ríen de que padres de familia se hayan juntado hace tres días para romperle la cabeza a patadas a alguien que agonizó hasta hoy y que no aguantó más, que se murió.
Un pibe que si ellos tuvieran la oportunidad de mirar a los ojos con amor verían su historia entera llena de miedo, angustia, mierda, odio, gritos, dolores, también tuvo colores y hasta ilusiones.
Me juego todo a que sería así porque se de lo que hablo, se de amar a un pibe que chorea, se lo que es aprender mucho de ellos, de transformarnos, volvernos más humanos juntos, ojalá ustedes puedan saberlo algún día, porque yo estuve del otro lado, donde uno piensa que está vivo y en realidad no está más que respirando\».
De Joaquín Gómez Hernández, Caleidoscopio, del barrio Ludueña. — con Betina Figueredo, Alondra Lazar, Adrian Cuevas y Titi Rigotti.