Homenajearon a dos mujeres víctimas de la dictadura: Juanita Armelín y Elda Viviani

“Juanita y Elda, nacieron en Gualeguay, crecieron entre nosotros, caminaron estas calles, jugaron en la plaza, fueron al río y a los clubes, concurrieron a la iglesia, fueron alumnas del Colegio, y un día se fueron  de Gualeguay, a estudiar, a trabajar,  llenas de sueños e ilusiones.  Formaron su familia y tuvieron hijos, que hoy están entre nosotros.  Cada una a su manera y a su tiempo comenzó,  también en la militancia política en el ideal de construir una sociedad más justa, más solidaria, más inclusiva.  Pero el golpe militar de 1976, interrumpió sus sueños, y troncho sus vidas. Como miles de jóvenes de su tiempo fueron secuestrados, torturados,  encarcelados, en muchos casos robadas sus pertenencias y  hasta sus hijos. Finalmente muchos fueron declarados  desaparecidos, como Juanita y otros como Elda que fallecieron luego de ser liberados, como consecuencia del maltrato recibido durante el cautiverio”.

“Se pretendió que estas compañeras, como tantos otros,  fueron borrados de su existencia y que todos nos olvidáramos de ellos.  Pero la Memoria Colectiva y  el accionar de los organismos de DDHH, lo impidió.  Hoy los genocidas y torturadores  están siendo juzgados, otros están encarcelados, otros murieron;   con el repudio popular.  Fueron y son tan cobardes, que niegan el genocidio y callan las atrocidades cometidas, mediante un pacto de silencio”.

“En este acto participaron  autoridades municipales y judiciales, eclesiásticos,  representante de instituciones, familiares,  compañeras de colegio, amigos de su juventud, y vecinos de esta ciudad. Sin embargo es bueno destacar la presencia de  una importante cantidad de estudiantes del Colegio San José, acompañados de sus profesores;  porque finalmente serán los jóvenes los  que levanten  las  banderas y se comprometan a construir una sociedad más democrática, tolerante y solidaria”.

“Luego de las palabras expresadas en el acto, se plantó un árbol de lapacho y al pie del mismo se descubrió una baldosa con los nombres de Juanita y Elda, siendo bendecidos por ambos sacerdotes presentes. Todo el evento tuvo un fuerte contenido emocional y mas de una lágrima se derramó.  El lugar es emblemático, ya que si imaginamos un triángulo conformado  entre la plaza, la iglesia y el colegio, el mismo representaría para estas jóvenes sus años de formación educativa, sus creencias  religiosas  y sus tiempos  de socialización y recreación”.

“Simbólicamente el árbol y la baldosa  (que todos debemos cuidar) expresan  la memoria colectiva  de nuestro pueblo, que nunca las olvidó, y con estos eventos,  confirma que siguen estando presentes. Están presentes  entre todos nosotros, porque muchas de sus ideas se están llevando a la práctica, y están en nuestros  corazones, por que las relaciones de amistad y respeto mutuo que supimos cultivar, se mantienen inalterable.   Ellas ya son parte de la Memoria colectiva y pertenecen a la historia. Nosotros seguiremos reclamando, la Verdad, de lo que pasó y  exigiendo que todos los genocidas sean llevados a la  Justicia”.

 

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