Meditación en la Villa (Carlos Mugica)
Señor perdóname por haberme acostumbrado
a ver los chicos, que parecen tener
ocho años y tienen trece.
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a chapotear por el barro:
yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por no haber aprendido a soportar
el olor de las aguas servidas,
de las que puedo prescindir y ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz
y olvidarme
de que ellos no pueden hacerlo.
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre
y ellos no; porque nadie hace
huelga con su hambre.
Señor, perdóname por decirles
“no solo de pan vive el hombre”
y no luchar con todo para que
ellos rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí.
Ayúdame.
Señor, sueño con morir por ellos,
ayúdame a vivir para ellos.
Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz.
Ayúdame.