NUEVO PEDIDO DEL SENASA
Además de la amenaza que representa su presencia en países limítrofes, la situación se agrava especialmente debido a las características epidemiológicas de la plaga, entre ellas la rapidez con que se dispersa por medio de material de propagación cítrico enfermo, así como también a través del insecto vector que está presente en nuestro país, Diaphorina Citri y su prologado período de latencia sin síntomas visibles, lo que imposibilita su detección al momento de la infección.
Ante este crítico panorama, la única manera de producir plantas cítricas sanas es bajo un esquema de certificación bajo cubierta como parte de una estrategia que la Argentina decidió adoptar a fin de prevenir posibles brotes de una enfermedad que, en caso de ingresar en el país, podría traer durísimas consecuencias para todo el sector de la producción citrícola nacional.
La cobertura plástica —especificada en la Resolución Senasa 930 de 2009— protege el estatus sanitario del material cítrico certificado hasta que éste es adquirido por el productor y luego es implantado en el monte frutal, asegurando la sanidad de la planta y descartando así el riesgo de dispersión.
Es importante destacar que, si el HLB ingresa y se dispersa, podría llevar a la pérdida de miles de puestos de trabajo directos e indirectos asociados a la cadena productiva de cítricos.