La agresión se dio en el marco del diligenciamiento de una medida cautelar en Chajarí donde Pessolani fue atacado por el propietario del vehículo a secuestrar. El abogado sufrió un corte en su antebrazo derecho y un puntazo en el pectoral del lado izquierdo.
El ataque, no solo constituye un delito común, sino que también es una forma de intimidar y atacar el libre ejercicio de la profesión.
Es un deber irrenunciable de las autoridades públicas provinciales prevenir esta clase de conductas y castigar los casos en que ellas derivan en delitos. No podemos olvidar que los hechos ocurrieron en el marco de una actividad jurisdiccional y nuestro colega acompañaba a un oficial de justicia.
Exhortamos a las autoridades competentes, Policía de Entre Ríos y Ministerio Público Fiscal, a extremar medios y profundizar la investigación sin dilaciones, para brindar la debida seguridad y a los fines de que estos hechos no queden impunes.
Los que crean que el miedo nos ha de paralizar silenciándonos, deben saber que, una vez más en nuestra historia, los abogados daremos el ejemplo de coraje cívico siguiendo con nuestra trabajo profesional, con el Derecho como instrumento de la razón, de la paz social y de la libertad y en defensa de las garantías y los derechos establecidos por la Constitución Nacional.
Asimismo, desde nuestra institución expresamos nuestra solidaridad al letrado afectado y a su familia y le deseamos una pronta recuperación de la agresión sufrida.
