Todo comenzó con una exposición radicada el viernes, en la que familiares de Jorgelina Vergara, de 20 años, informaban a la autoridad policial sobre el hecho de que la joven se había ausentado, trascendiendo que fue vista por última vez en compañía de su novio Roberto Muñoz.
El hallazgo del cuerpo de la joven en horas de la tarde del lunes en inmediaciones de un basural ubicado al norte de la ciudad generó distintas hipótesis.
Estas fueron desde el suicidio, hasta la posibilidad de un homicidio, por lo que –con la premura del caso– las autoridades policiales y judiciales pusieron manos a la obra y se llevaron a cabo varios allanamientos en procura de dar con el paradero del novio. Estos se sucedieron hasta horas de la mañana de ayer y además se efectuó un intenso rastrillaje en terrenos y campos de la zona norte, para lo cual se solicitó la colaboración de personal de las secciones Canina y Montada, participando un total de 30 efectivos que fueron acompañados por los mismos jefes de la Departamental Uruguay.
La intensa lluvia dificultó los trabajos, pero no impidió su continuidad y fue así que en horas de la tarde –mientras los médicos practicaban la autopsia en el cuerpo de la infortunada muchacha– los montados encontraran el cuerpo de Muñoz pendiendo por el cuello de un árbol.
Hipótesis
Con este desenlace se cierra el círculo sobre lo sucedido y las hipótesis en torno de lo que pasó se redujeron, en opinión de los pesquisas .
Si bien los resultados oficiales de la autopsia practicada al cadáver de la joven no fueron informados oficialmente, se supo que este no presentaría signos de violencia. Esto lleva a la realización de distintos estudios anatomopatológicos, los que permitirán determinar las causales del deceso. Los médicos coincidirían en marcar que la malograda joven pudo morir por algún tipo de intoxicación o a raíz de algún ataque, situación que es investigada. Su relación con el novio era buena y se presume que lo sucedido habría llevado a éste al suicidio.
