Más allá de las protestas, hoy más que nunca no debemos perder de vista el interés general de una comunidad que ve como lo sectorial, y en algún caso lo personal, va en detrimento del conjunto de la sociedad. Guastavino reclamó responsabilidad y compromiso a quienes toman decisiones que alteran y perjudican el normal desenvolvimiento de actividades que, como el turismo y la promoción del carnaval, se han convertido en verdaderos ejes del desarrollo económico y social.
Recordó que la denominada «protesta del campo» le infligió un perjuicio irrecuperable a la economía de Gualeguachú al haber sido prácticamente nulo las actividades durante el receso invernal, producto de las permanentes y constantes interrupciones del tránsito sobre la ruta 14. Aprendamos de las experiencias que no han dado resultados positivos, para no seguir profundizando en los errores.
Mas adelante insistió en cuestionar la metodología del corte de ruta como forma de manifestar un descontento sectorial, y aseveró que aquí no está en juego la legitimidad, sino la forma en que se reacciona, sin intentar resolver las diferencias explorando los caminos del diálogo racional y responsable. Parece ser que la lógica es «que si no me dan lo que pido, y lo que yo creo que es justo, decido perjudicar a todos y entonces corto una ruta.»
Finalmente, expresó que debemos encontrar la manera de ponernos de acuerdo, dejando de lado las ambiciones personales y sectoriales. Hemos visto que este no es el camino que nos lleve a encontrar un mejor destino.