Gualeguaychú: un ingeniero chileno advirtió que deberá mejorar su higiene

“Tienen una ciudad muy bonita. Pero deben mejorar su limpieza. Porque serán observados por los veedores del tribunal de La Haya”. El ingeniero chileno Carlos Gómez Mora, recordó lo que sucedió en Valdivia. Al respecto, recordó que cuando su país disputó con Argentina por territorios en la Patagonia, los perdió entre otras razones por el juicio adverso de los veedores internacionales.
“Nunca nos enteramos cuándo pasaron”, comentó, al referirse a la manera silenciosa. Esto les permite ver la realidad de la situación tal cual es. De esta manera, nadie puede armar una estrategia para contrarrestar esa mirada. En el caso del litigio por las tierras patagónicas, el chileno recordó que fue clave en el pleito con Argentina el hecho de que en la zona en disputa hubiese posesión real del espacio.
Así, mientras Argentina había fundado la ciudad de El Chaltén y tenía un destacamento de gendarmería en el lugar, el país trasandino no tenía allí ni un peón de campo. Aquí la opinión de los enviados por el tribunal fue que Argentina era la que ejercía soberanía real sobre esas tierras.
Algo parecido le puede pasar a Gualeguaychú, insinuó el visitante: no sea que en su reclamo ambiental contra las pasteras, sus prácticas ambientales puertas adentro le jueguen en contra.
La observación de Gómez Mora no pasó desapercibida en la Asamblea Ambiental, donde se escucharon voces a favor de hacer algo ya para mejorar la higiene de la ciudad. Algunos, incluso, dijeron que la limpieza de la ciudad dejaba mucho que desear.
Por tanto, se planteó que había que lanzar una cruzada para que la opinión pública local, tan sensibilizada por las cuestiones ambientales, haga suya la advertencia del ingeniero chileno, al tiempo que la municipalidad debía poner las barbas en remojo en este frente.
“Puiggari es una de las ciudades más limpias de Entre Ríos. Deberíamos imitarla”, propuso un asambleísta, la noche del sábado en el Teatro, minutos previos a la llegada de ecologistas uruguayos.
Javier Villanueva, funcionario municipal y miembro activo de la Asamblea, ante una consulta expresó: “es verdad, nosotros deberíamos aprovechar la sensibilidad pública alrededor de las pasteras, para mejorar nuestras prácticas ambientales”, admitió.
A decir verdad, la higiene de la ciudad no sólo pasa por la gestión municipal -que sin duda es clave en el asunto- sino de un compromiso ciudadano por no ensuciar.
Esto se echa de ver, por ejemplo, con la cuestión de los residuos. Si el espacio público -plazas, calles y demás- es visto como un sitio donde todo se puede tirar, no hay servicio de recolección que aguante.
Aquí las pautas de comportamiento de los vecinos son claves. Si es así, toda la energía social puesta en la lucha contra las pasteras, ¿podrá servir para crear nuevos hábitos colectivos en este sentido?.
Los habitantes de Gualeguaychú, para ser coherentes con su reclamo, debieran firmar un contrato ambiental orientado a mejorar la limpieza de su propia casa. Eso les daría mayor autoridad moral para hablar de estos temas.

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