El intendente uruguayo precisó que “no puedo decir ni que los cortes serán la catástrofe de nuestro verano, ni que no serán nada. Sí significarán, pero tampoco van a transformarse en una catástrofe”.
Los dos mandatarios dejaron en claro que, si bien el diálogo fue cordial y fructífero en algunos aspectos, no se acercaron posiciones en otros fundamentales, como por ejemplo, en el pedido de Gualeguaychú de que se paralicen las obras en ambas plantas, y en el hecho de que el vecino país no ha respetado el Tratado del Río Uruguay.
Varias veces, Irigoyen remarcó que pedían «un gesto» a los vecinos uruguayos, dado que la confianza en este punto “está herida”, y hace falta restablecerla. El gesto era la paralización de las obras, cosa a la que Lafluf respondió que no puede pedir en su país, menos aún, bajo el argumento de esperar la realización de un estudio de impacto ambiental, cuando ya el Banco Mundial está haciendo uno.
«La reunión, más allá de que no hayamos avanzado en lo sustancial, sirve para iniciar el diálogo. No llegamos a un acuerdo. Hemos decidido hacer un impasse, hasta tener una propuesta que nos satisfaga a ambos. Nosotros pedimos que se retome el Tratado del Río Uruguay. No queremos sentirnos convidados de piedra en un Tratado que nos representa a los dos. Hasta ahora, hemos asistido a una política de hechos consumados», sostuvo Irigoyen por su parte.
En cuanto a Lafluf, dijo estar contento con la reunión, a pesar de no haberse logrado un acuerdo. Se acordó un nuevo encuentro, en el que estrían presentes integrantes de la Comisión Técnica Binacional.