“Estamos debatiendo si es provechoso, si vale la pena continuarlo o si hay un plan B más efectivo”, definió ayer Juan Veronessi, uno de los fundadores de la asamblea. Aunque en lo personal se definió como un convencido de que deberían continuarlo, Veronessi señaló, sin embargo, que el debate sobre si mantener el piquete en la ruta 136 se les impuso por el propio peso de la realidad: “Si seguimos, hay que buscarle otro tono y reforzarlo”. Las propuestas van desde sumarle más gente a cambiar su modalidad, flexibilizarlo para los comerciantes o levantarlo.
El tema fue planteado anoche en la asamblea que los vecinos realizan todos los miércoles en el teatro; el debate continuaba al cierre de esta edición. Todo indica que no se resolverá en un día y que necesitará tal vez de semanas o de un mes para llegar a un consenso.
¿Por qué se discute ahora? Los consultados apuntaron entre las razones que el corte se naturalizó: hoy nadie toma la ruta 136 para cruzar al Uruguay por Fray Bentos. Camioneros y turistas pasan directamente por el puente de Colón; el piquete no molesta a nadie, y por eso mismo perdió fuerza.
Otro motivo es el conflicto de los productores agropecuarios, que tuvo en Gualeguaychú uno de los cortes más fuertes y restó presencias en el piquete contra Botnia. “Yo soy uno de los que dejaron de ir. Estuve en los cortes (del agro) y tuve que parar con tanta actividad cuando me aparecieron picos de presión por el estrés; no podés repartirte entre la familia, el negocio, la lucha contra Botnia y los cortes del campo porque en algún momento colapsás”, señaló Gustavo Zapata. “La protesta del campo opacó el reclamo contra Botnia”, agregó otro de los asambleístas, aludiendo a la pérdida de repercusión que las acciones contra la pastera sufrieron en los últimos dos meses.
Esa baja fue tema de notas periodísticas que el fin de semana pasado registraron que en Arroyo Verde había una sola persona sosteniendo el piquete. El tema abrió una polémica en la ciudad, donde las opiniones están enfrentadas. Los que defienden su continuidad sostienen que mientras Botnia no sea relocalizada, el corte debe estar ahí como un símbolo de la protesta. “No existe un fundamento para levantarlo”, sostuvo en ese sentido Ivana Vilche. “Es verdad que a veces hay pocas personas, pero que no queden dudas de que si quieren levantar el corte van a ser miles los que van a salir a defenderlo”, agregó en la misma línea Jorge Fritzler.
El corte se instaló el 26 de noviembre de 2006, luego de que el Banco Mundial aprobara los créditos para la puesta en marcha de Botnia. Se mantuvo durante todo el 2007, mientras la pastera terminaba de ser construida y empezaba a producir. A lo largo de los meses el paisaje de Arroyo Verde fue cambiando: los vecinos cruzaron una barrera sobre el asfalto y construyeron en la banquina un galpón con baños y un comedor para aguantar el frío del invierno. Llevaron equipos de sonido para hacer las asambleas –convocan a dos por semana, una en Arroyo Verde y la otra en el teatro de Gualeguaychú– y trailers para dormir, de manera que hoy en el lugar del piquete hay construcciones que deberán ser demolidas el día en que la protesta se dé por terminada.