Tampoco sufren postergaciones, apuntó, aquellas compras ligadas a programas nacionales donde “hay fondos afectados para ese fin”. Aquí se enrolan, por ejemplo, las compras de materiales para las viviendas sociales que encaran las cooperativas de trabajo.
“Aceptamos que hay un retraso a los proveedores. También es cierto que algunos de ellos no nos están vendiendo al mismo precio que antes”, afirmó el funcionario, en relación a la práctica mercantil de cubrirse, mediante suba en los precios, ante la demora en el pago por parte del fisco.
“Esta es una situación no deseada. El municipio, que históricamente ha sido un buen pagador, pasa por una circunstancia excepcional”, subrayó Delcanto. Paralelamente, apuntó que la administración está haciendo sus deberes para conjurar el desequilibrio financiero.
“Se han reducido obras financiadas con recursos nuestros”, afirmó en relación al ajuste practicado al interior del municipio. “También hemos hecho ajuste en gastos varios”, agregó. “Pero creemos que estos problemas de financiamiento se van a resolver. Estamos en ese camino”, anticipó.
Pero lo cierto es que algunos proveedores están que trinan. Sobre todo aquellos que también son deudores de la comuna. Entre estos últimos, hay quejas por el interés monetario que cobra el fisco por deudas de tasas. Dicen que tampoco el fisco, en este caso, les facilita trocar crédito fiscal por deuda de tasas.
“Si uno quiere pagar con lo que le debe el municipio, éste nos obliga a pagar primero lo adeudado. Sólo después uno factura en mano puede presentarse para que el fisco libere el pago por las mercaderías vendidas”, despotricó ante este diario un comerciante, que prefirió el anonimato.
“Me pregunto: si yo comerciante le aplico al fisco el mismo interés que él me cobra por atrasos ¿seguiré siendo proveedor? O simplemente me sacarán de la lista de proveedores. Lo que pasa es que proveedores hay muchos, pero es una la municipalidad”, fue el razonamiento que hizo el enojado comerciante.