María de los Ángeles llegó al nosocomio con dolores de panza y vómitos. Presentaba síntomas de un cuadro crónico gravísimo que recién se confirmó en la autopsia: el más alto grado de desnutrición que llevó a una complicación abdominal mortal.
La niña infortunada vivía en una casita alquilada en Martínez Paiva y Hortensio Quijano, con sus cinco hermanitos de 8, 7, 6, 5 años y una beba de 9 meses, su madre, Carina Giménez de 24 años, y la pareja de la mujer, Ramón Carballo. Ambos fueron en principio arrestados y anoche la jueza decidió su detención, en tanto los niños fueron entregados por el Juzgado de Menores, en guarda, a la abuela materna.
La carátula de la causa en la que se investigue el fallecimiento podría calificarse como Homicidio calificado por el vínculo, con agravantes como el abandono de persona y la violencia física. La justicia determinará en las próximas 24 horas el rótulo de la causa. Mientras tanto, ambos se encuentran incomunicados, él en Jefatura de Policía y ella, en la Comisaría de la Mujer.
La jueza María Angélica Pivas, que entiende en la causa, ordenó la realización de una autopsia en la Morgue del Cementerio Norte, que arrojó resultados espeluznantes. La niña, que en julio cumplía tres años, pesaba 8 kilos (peso correspondiente a un bebé de 8 meses), en tanto su cuerpito y su cabeza eran las de un bebé de apenas un año.
Además, la pequeña presentaba evidencia de haber sido una menor muy maltratada. Marcas de golpes de distinto tiempo en piernas, brazos, torso, espalda y numerosos hematomas en el rostro dibujaban un “mapa” de horror en la niña, que quienes conocieron describen como “una muñeca”.
Maltrato
Los vecinos del barrio comentaban por lo bajo ayer a los periodistas, que los pequeños se asomaban por las ventanas de sus viviendas pidiendo que les pasen algo de comida. La hermana de Carina Gimenez, una menor de 14 años, que se presentó espontáneamente ayer por la mañana en LT41, a manifestar públicamente su indignación y dolor por lo sucedido, expresó tajante “esa no es mi hermana”. La hermana relató parte de lo que sus sobrinos le confiaban. “La más grande me dijo que pasaban hambre, que no tenían comodidad, tenían todo tirado. Que el marido de la madre los maltrataba a todos. La nenita fallecida iba a casa con un hambre…se comía todo, pero siempre flaquita, no engordaba nada. Los nenes me decían que los tenían sin comer, que les daban polenta hervida, fideos hervidos, y eso no es así. Los cinco gurises dormían todos en una sola cama de una plaza”.
Sobre su cuñado, la menor denunció que “cobra 1500 pesos, ni la ayuda con el alquiler a la mujer, ni le daba de comer a los nenes; hace dos años que están juntos y se casaron. El la cag…a palos a mi hermana, la echaba y le pegaba a las criaturas también”.
Cuando la menor salió de la vivienda, comentó a esta cronista que no podía creer “la frialdad” que demostraba su hermana. Al respecto, relató que cuando le consultó “cómo podía ser que no se le cayera una sola lágrima por la muerte de su hija, la mujer le respondió ¿qué querés que le haga, que le sople el c..para revivirla?’, hecho que produjo en la joven tía una profunda indignación.