La Iglesia no puede estar ausente de ninguna problemática que preocupe o tenga incidencia en la población donde vive, indicó Lozano. Además, expresó que siguió el tema desde el principio, porque se preocupa del cuidado del medio ambiente y la calidad de vida. “He buscado interiorizarme en el tema. Es una situación delicada que hay que ver la forma de poder acompañar”, sostuvo.
Lozano expresó que hay varias aristas a tener en cuenta. “Pero lo primero que surge es el cuidado que se debe tener para no comprometer la calidad de vida del presente y de las generaciones futuras y no generar cambios en el ecosistema que puedan llegar a ser irreparables y de muy difícil solución en el futuro”.
Con respecto a las acciones que lleva adelante el pueblo de Gualeguaychú, movilizándose y cortando las rutas como método de protesta, Lozano señaló que “lo que puedo ver es una manifestación de preocupación de la gente por su lugar y su calidad de vida. Creo que es un problema más general, no solamente de Gualeguaychú. A mi moviliza todo lo que implique una sociedad comprometida y preocupada por las cuestiones cotidianas. Para mí es una alegría grande sumarme en mi tarea a una sociedad con las características que tiene la comunidad de Gualeguaychú. Este tipo de sociedad dinámica ayuda a encontrar el camino adecuado para compartir las ideas de la gente y poder encontrar un núcleo común para movilizarse”.
Sobre el acto de asunción, donde se hará cargo de la Diócesis local, Lozano dijo que “estos días previos los vivo con cierta ansiedad de poder estar en Gualeguaychú para tomar contacto con la comunidad y empezar a recorrer juntos el camino. El acto de asunción será el 11 de marzo por la tarde. Vamos a tener un encuentro con las autoridades de la ciudad y representantes de organizaciones locales y luego se hará la misma con las comunidades de la Diócesis y empezaremos a andar juntos en el camino”.