Son ocho los criaderos con un total aproximado de 50 animales, que funcionan ignorando la ordenanza, y si bien muchos de ellos tienen cuatro o cinco cerdos, en otro, -el de más envergadura-, se cuentan 37 porcinos y la mayoría de ellos son portadores de leptospirosis. En todos los casos se burla la ordenanza.
“La mayoría de los cerdos de esos criaderos tuvieron contacto con la leptospira”, ratificó el médico veterinario de la municipalidad, Aldo Tellechea, a El Día. Relevada la zona del Tiro Federal, una de las más castigadas por la inundación, el resultado dio que el 100% de los perros también tuvo contacto con la enfermedad. Y debe recordarse que en ese barrio hay un perro cada tres personas.
En la reunión realizada en el Salón Azul se habló de las posibles soluciones al problema de los cerdos portadores de la enfermedad, y se coincidió en que lo más efectivo era la faena de los animales; algo así como usar el rifle sanitario, pero en lugar de enterrarlos, venderlos y que el dueño del cerdo recupere en plata su capital. Serían dispuestos para consumo, porque según explicaron, a pesar de que los animales son portadores, su carne se puede comer. No se termina con la enfermedad trasladando los cerdos enfermos a zonas habilitadas para criaderos, porque con los cerdos va la enfermedad, sino que hay que sacrificar esos animales y trasladar la actividad a las zonas estipuladas en la ordenanza.
Fumigaciones perjudiciales
Las fumigaciones de los cultivos con agrotóxicos “han originado que el depredador natural de las ratas, el buho, haya desaparecido”. Así de simple, crudo y sencillo lo explicó ayer en LT41 el flamante secretario de Salud de la provincia, Mario Elizalde. “Ahora, el reservorio de la enfermedad, la orina de los roedores, se ha multiplicado, y quienes no estaban en situación de peligro, hoy comienzan a estarlo”, sentenció el funcionario.
Las palabras de Elizalde son hechos comprobables, con sólo adentrarse en cualquier campo de la zona. Desaparecieron los buhos campanario, las lechuzas de las vizcacheras, las perdices y las martinetas.
La extinción de los buhos está intrínscamente ligada a la proliferación de ratas en los campos, el aumento de reservorio para la leptospirosis, la infección de animales y la muerte de, hasta ahora, dos personas sólo en el caso de Gualeguaychú.