Gualeguay: penan con prisión efectiva a los acusados de fraguar documentación por una herencia millonaria

En diálogo con el programa “A Quien Corresponda” que se emite por Radio Del Plata Paraná Carraza destacó que las penas fueron mucho menores a las solicitadas por la querella, aunque reconoció que se trata de un avance en la causa. El fiscal de Cámara subrogante de Gualeguay, Dardo Tórtul, había solicitado penas que iban de 4 a 5 años de prisión (como el caso de Martínez) pero los abogados querellantes llegaron a pedir hasta 10 años de cárcel para el abogado nogoyaense.
El único presente en el recinto fue el escribano Galli, ya que tanto Martínez como Godoy permanecieron en un bar cercano al edificio tribunalicio, a la espera del resultado de la sentencia.
Además destacó que los condenados tienen 10 días para recurrir en Casación, ante la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ). “Hay un hecho que divide aguas ya que la sentencia declara la falsedad del acta de nacimiento”, acotó y agregó que Mario Aníbal Calderón también estuvo ausente en la lectura del fallo.
María Angélica Godoy fue acusada de haber cambiado su identidad para heredar una fortuna de al menos 35 millones de dólares. El escribano y el abogado, fueron acusados de haber fraguado los papeles necesarios para hacer pasar a la mujer como hija del estanciero José Alberto Antonio Reggiardo. El 5 de julio de 1998, Reggiardo, de 73 años, piloteó su helicóptero por última vez. La máquina cayó. Sufrió heridas graves y fue llevado a una clínica cordobesa, donde murió.
Para todos, Reggiardo murió sin hijos. Había compartido los últimos 26 años de su vida con Luisa Etelvina Arrúa y no tenían descendencia. Por eso, en agosto de 1998 los primos de Reggiardo y Arrúa comenzaron la sucesión.
Por su parte, el periodista de Paralelo 32, Edición Victoria, Mario Juárez, sostuvo que la sentencia rondaba los años de pena que se preveían. No obstante, expresó que de ahora en más la causa Civil vuelve a la Cámara de apelaciones que debe determinar dos incidentes, “el pedido de reconocimiento de Calderón, y además Martínez impugnó una instancia y lamentablemente ese incidente lleva dilatado un año”, expresó. Finalmente, ratificó que aún no se solicitó al Juzgado de Instrucción de Victoria que se investigue la desaparición del cadáver del millonario estanciero.
El 19 de marzo de 1999, Mario Aníbal Calderón, inició un pedido de prueba anticipada, que consistía en exhumar el cadáver de Reggiardo y hacer un ADN y unos meses más tarde comenzó un juicio de filiación y reclamó la herencia. El hombre era hijo de María Calderón, nacida en 1923 en el campo del padre de Reggiardo. El tiempo pasó y ella se quedó allí a vivir y a trabajar. Tuvo tres hijos con uno de los peones, de apellido Ríos, con el cual no se casó y quien no dio su apellido a sus hijos.
Pero había un secreto profundo: la mujer le había confesado a una hermana de Ríos que uno de sus chicos, Mario, era hijo del patrón, pero que nadie lo sabía. Todo se complicó cuando el pequeño y desconocido heredero tenía 3 años: María Calderón murió ahogada en el Paraná, pero pudo salvar la vida de su hijo. El tiempo pasó y escondió esa historia.
Luego de la muerte de Reggiardo, en noviembre de 1999 apareció en escena una demanda de herencia de María Angélica Godoy, una joven que tenía un acta de nacimiento del Registro Civil de Nogoyá que aseguraba que era hija de Reggiardo y Ramona Hilda Godoy (ni de Arrúa ni de Calderón) y con eso, excluía de plano a los primos de Reggiardo para cobrar la herencia.
Pero el 5 de abril de 2000, Mario Calderón inició juicio por impugnación de paternidad contra Godoy. Al día siguiente, Arrúa denunció penalmente al escribano Luis Galli, al abogado Walter Martínez y a Godoy por presentación de partida de nacimiento apócrifa, y también para limpiar el nombre de Reggiardo: cuando supuestamente había nacido María Angélica Godoy, Reggiardo y Arrúa ya vivían juntos. Sin embargo, el juez de Primera Instancia Civil y Comercial de Victoria Raúl del Vallepuso la fortuna de Reggiardo en manos de Godoy, basándose en los documentos falsos que había presentado. Los abogados de Godoy aprovecharon y vendieron una fracción de mil hectáreas (de las 7 mil heredadas) por 450 mil dólares.
La acusación fue no sólo por la falsificación de la partida de nacimiento sino también de un documento público en la Policía Federal donde habrían falsificado un testimonio de Reggiardo hecho cuando renovó su pasaporte años antes de morir. Hicieron aparecer en una fotocopia autenticada que él reconocía tener una hija. Pero en los papeles originales, tal reconocimiento no estaba.
El escribano Galli quedó involucrado porque fue quien dio fe notarial de que en enero de 1998, poco antes del accidente, Reggiardo se había presentado en su estudio para reconocer como su hija a la joven pero le indicó que ésta no debía enterarse hasta un año después de su muerte.
Para probar la identidad de la «heredera», el juzgado de Instrucción Nº 2 de Gualeguaychú, ordenó pruebas de ADN. Godoy se negó hasta que pudo, pero en julio de 2003, la Justicia ordenó compulsivamente la prueba genética. La extracción se hizo en Nogoyá porque allí vivía la joven. Hubo varios ADN, positivos para Calderón y negativos para Godoy y Juan Escobar, un tercer presunto heredero. En medio del juicio, incluso, desapareció del cementerio de Victoria el cuerpo de Reggiardo.

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