Siempre se vuelve al primer amor
El hombre que llegó a la Cámara de Diputados de la provincia de la mano del ARI y del Nuevo Espacio decidió volver a su primer amor. En una reunión con la gente del Movimiento Vecinalista que armó para las elecciones del 18 de marzo pasado –y con el que obtuvo apenas 900 votos como candidato a intendente– les manifestó que cada uno era libre de hacer lo que quería, pero que él «no jugaba más a perdedor». A los pocos días fue el propio Jorge Busti quien anunció que Oscar Grilli, después de varios años de rodar por otras fuerzas, prepara su retorno al peronismo. El alicaído dirigente uruguayense se suma de ese modo a la amplia lista de Borocotós locales, aunque aún no se sabe qué es lo que le ofrecieron a cambio.
Por JORGE R. DÍAZ y AMÉRICO SCHVARTZMAN
El gobernador entrerriano logra milagros. En menos de tres meses recuperó a dos enemigos íntimos de trayectorias parecidas, que se fueron juntos del PJ, se peleaban por ver quién era más opositor a Jorge Pedro Busti y por instalarse bajo las polleras de Elisa Carrió, y ahora vuelven al redil, en busca de un lugar bajo el sol. Para sumar a la lista de los Borocotó entrerrianos.
Pocos días atrás el gobernador de Entre Ríos, Jorge Pedro Busti, explicó a El Diario de Paraná que la reforma constitucional avanza viento en popa, y al desarrollar esa argumentación enumeró los respaldos que ya tiene asegurados.
«Juan Domingo Zacarías en nombre del Movimiento Social Entrerriano que es aliado nuestro y Oscar Grilli, que me dijo estar decidido a volver al peronismo y en ese sentido habría planteado un debate en su grupo político», comentó el mandatario.
Hay que decir que el gobernador entrerriano logra milagros. En menos de tres meses recuperó a dos enemigos íntimos de trayectorias parecidas, que se fueron juntos del Partido Justicialista, se pelearon en su momento por marcar quién era más opositor a Busti y más obsecuente con Elisa Carrió, por ver quién gritaba más alto y más progre en la Legislatura, y que ahora –volteretas de la política criolla en versión panzaverde– regresaron, juntos pero separados, al viejo redil bustista, cerrando el círculo de ese modo a una parábola política que bien podría tomarse como la caricatura de lo que debe ser un dirigente.
Atrás quedaron declaraciones altisonantes en las que cada uno de ellos le reprochaba al otro ser funcional al bustismo, y reclamaba para sí «la auténtica representación» del ARI en Entre Ríos. Atrás, muy lejos, quedaron los momentos en los que Oscar Grilli «denunciaba» en reuniones privadas (para después desmentirlo en público) que el oficialismo ofrecía dinero a cambio del apoyo a la reelección. Atrás quedaron, por supuesto, las denuncias de corrupción al gobierno provincial y las peroratas de debate parlamentario en las (pocas) ocasiones en las que al neurólogo uruguayense se lo escuchó en la Legislatura. Y atrás, finalmente, los durísimos cargos contra el propio Busti (como cuando decía que era necesario «destruir la matriz de los negocios que este gobierno viene instalando, que son los mismos de Santa Cruz, San Juan y Santa Fe»).
Zacarías y Grilli, penosamente, han sido dos de los nombres en los que sectores progresistas de la sociedad entrerriana, en algún momento, depositaron alguna expectativa. Varias veces se advirtió, no es novedad, que con ladrillos quebradizos no puede construirse nada duradero.
A mediados de 2006, uno de los periodistas más destacados de Entre Ríos (Tirso Fiorotto, hablando sobre el mal reparto de fondos que realiza el Estado nacional) señalaba:
«Algunos dirigentes de partidos chicos moldean sus ideas para que calcen más o menos en la corriente. En Entre Ríos Juan Domingo Zacarías (ARI) y Federico Soñez (La Red) son las caras visibles de esa conni-convivencia conveniente que el periodista concordiense Claudio Gastaldi intentó resumir poco tiempo atrás en la palabra ‘asco’».
La nueva incorporación a esa lista, para quienes tenían dudas, es el ex ARI, ex Nuevo Espacio, ex Concertación, Oscar Grilli.
NO JUEGA A PERDEDOR
Desde el Movimiento Vecinalista Uruguayense (Movecu) que él mismo armó para competir en los comicios del 18 de marzo –y con el que no llegó a los mil votos para la categoría de intendente– dan por hecho que el hombre volverá a las filas del bustismo. Según contaron a este semanario integrantes de esa agrupación, «al jueves siguiente de las elecciones Grilli manifestó en una reunión que él no juega más a perdedor y que cada uno era libre de hacer lo que quería». De esa manera el neurólogo tomó distancia de esa experiencia política. Habrá que ver qué hacen los miembros del Movecu, como por ejemplo Adriana Morabes, de quien hace tiempo que se anuncia su retorno al PJ.
LAS FRASES INÉDITAS
En una entrevista realizada a fines de 2005, poco antes de las elecciones legislativas de ese año, Grilli tomó distancia de la Concertación y empezaba a delinear su futuro político (o más bien personal) dejando entrever su poca confianza en la fuerza política que lo había llevado a la banca legislativa: «Los partidos tradicionales quizá los sostiene la historia, porque tienen una ancha espalda para que la gente vuelva a volcarse a ellos».
La entrevista, realizada para el semanario El Miércoles pero nunca publicada, contiene respuestas que con el transcurso del tiempo se leen de otro modo.
Justificando en aquel momento la conformación de su propio bloque y la ruptura con la Concertación, argumentaba: «Era necesario fortalecer la oposición con propuestas destruyendo la matriz de los negocios que este gobierno venía instalando (reforma de la Constitución, el Ente Financiero en el Bersa, etc.) que eran los mismos en Santa Cruz, San Juan y Santa Fe, y no cuestionando nada más que unos artículos que no hacían el cuestionamiento de fondo. Esto nos posicionaba como que aceptábamos la ‘estatización’ de Enersa para luego volver a privatizarla, o aceptábamos alegremente la privatización del Banco de Entre Ríos discutiendo los tintes de algunos artículos». Habrá que ver si desde adentro del PJ, Grilli seguirá con estos planteos. Además agregaba: «Acompañamos el pedido de juicio político al gobernador, y la oposición no dijo ni. Vamos a seguir defendiendo esta postura, y si alguno nos va a acompañar bienvenido sea, y en caso negativo sabemos que esta es la posición que llevamos a la cámara el 10 de diciembre de 2003 y vamos a cumplirla hasta el 10 de diciembre de 2007».
Y por si fuera poco, del ARI (hoy desaparecido de la provincia) decía: «Estamos trabajando para fortalecerlo, que a fin de cuentas es nuestro objetivo». Sobre Kirchner argumentaba: «Cuando se forma la concertación Nuevo Espacio Entrerriano, hay sectores que están apoyando a Kirchner y sectores que somos totalmente opuestos a ese modelo de doble discurso. ¡Pelearse con el FMI y luego salir a pagarle!»
Cuando le preguntaron si había pensando irse del Nuevo Espacio fue clarito: «Lo pensé. Y hay sectores que se están yendo. Vivimos con el drama de recorrer distintas partes de la provincia y encontrarnos conque el dirigente del Nuevo Espacio se pasó al Justicialismo o al Radicalismo… y cuando le preguntás el motivo de la migración te contesta: ‘Y si es más o menos lo mismo!’… Cuando las cabezas comienzan a juntarse, las bases empiezan a identificarse y notar que ‘es más o menos lo mismo’. Esto sólo nos llevará a una fractura y a que el dirigente que apostó por el Nuevo Espacio vea cómo se desgrana poco a poco. Pero nosotros no nos vamos a ir. Quien quiera irse y que le parezca de mayor importancia ver cómo va la interna del justicialismo, o que tenga ganas de armar el post bustismo, que lo haga… a mí no me interesa eso».
Sobre la manera de enfrentar a Busti (ahora su nuevo jefe) decía: «Una cosa es que me lleven al matadero en una oposición ‘light’ y otra cosa es que por lo menos en una disidencia o minoría podamos oponernos fuertemente a este modelo de construcción hegemónica, y esto supera a los partidos. Este es el desafío, y por eso estamos frente a una discusión previa a la consolidación. Si no entendemos esto, siempre caeremos en el mismo error. No hay tercera fuerza posible, porque les guste o no les guste, la sociedad acaba votando a los dos partidos mayoritarios que la tiene entrampada en este sistema».
Aquella entrevista culminaba con una declaración de principios: «Los desaparecidos hoy siguen desapareciendo por hambre, por enfermedades evitables en cualquier sistema justo y equitativo… los derechos humanos no se agotan en el ’83; hay que plantearlos también en democracia. Si no es fácil hacer la retórica entre el ’76 y el ’83 y no tener la valentía de seguir debatiendo el estado actual de los derechos humanos, que es un nuevo modelo económico de genocidio. ¿O acaso a ese chico que está muriéndose de hambre le interesa si uno es electoralmente más o menos que otro, si lo hemos condenado a morir porque no hemos sabido hacer lo que era correcto? Esto es un debate mucho más profundo que el problema electoral. Si alguno lo quiere entender, que lo entienda. Y si no, que siga preparándose a ver de qué manera puede disfrazarse dentro de dos años para volver a ser candidato, juntarse con otro par de políticos, decir que son distintos y volver a engañar a un sector del pueblo. Conmigo no cuenten». Ahora sí, está clarito.
EL ARREGLO
Lo que aún no se sabe es cuál fue el arreglo. Su ex socio en el ARI, Juan Zacarías, logró un convenio muy favorable, pero antes de las elecciones: su propia operación retorno tuvo la módica suma de dos bancas en la próxima Legislatura, una para el propio Juan Domingo (otrora hombre de confianza de Carrió) y otra para su fiel escudero Jorge Maier. En el caso de Grilli, hasta hoy hay quienes aseguran que la denuncia de Julio Majul (quien dijo que el neurólogo le había hablado de la oferta dineraria del gobierno para apoyar la reelección) frustró un ingente negocio que ya estaba cerrado. Nunca se sabrá. Pero lo cierto es que el diputado, aunque tiene mandato hasta diciembre, está venido a menos. Con apenas 911 votos como candidato, no parece una reconquista deseada por el PJ, sino más bien una suerte de rescate para alguien que no tiene más remedio que volver al trabajo, después de cuatro años de acceso a fondos que nadie sabe en qué gastó. Sus seguidores ignoran los detalles del acuerdo, pero suponen que hay algún cargo provincial, de escasa relevancia (¿quizás una jefatura en el Hospital?). El tiempo, seguramente, dará alguna pista. l