La familia vive en el barrio María Goretti, que se encuentra en las inmediaciones del hospital. Aparentemente, el enojo cuyo desenlace terminó en la rotura del vidrio de una puerta de ingreso a la guardia, el parabrisas de la ambulancia y los golpes a uno de los camilleros se produjo porque la ambulancia no llegó hasta el lugar donde se encontraba el joven. Aunque Fernández no supo precisar si la ira, en realidad, fue provocada por la tardanza del móvil sanitario en llevarlo al Masvernat o porque el personal médico de la guardia del Heras se demoró en la atención.
Fernández dijo que, en principio, fueron identificados los integrantes de la familia y se realizó un expediente por “lesiones leves” al camillero. También reveló que hay un policía apostado permanentemente en el nosocomio pero, en el momento en que se produjeron las agresiones, se encontraba en las afueras del edificio. No obstante, recalcó que la llegada de dos patrulleros evitó que las agresiones a las instalaciones del hospital o a los integrantes de la guardia fuesen mayores.