LOS DETALLES DE LA DENUNCIA : IV. HECHOS
Que de acuerdo a lo estipulado en los incs. 2° y 3º del Art. 83 del Código de forma relataré de manera sucinta los hechos que dieron lugar a esta presentación como así también, los datos de los imputados en la presente causa sobre los cuales tengo conocimiento.
El día 10 de agosto de 2019 mi hijo Jorge David ARIAS MOREYRA se encontraba cumpliendo una guardia en el Regimiento de Caballería de Tanques 6 Blandengues, del que era voluntario y tenía el cargo de Cabo Primero de intendencia. Ese día ocurrió un robo en el regimiento.
Personal militar del regimiento robó cosas de un depósito. El encargado de intendencia era el Teniente Primero José Carlos FERREYRA.
Producto del robo el regimiento dio de baja a cuatro soldados voluntarios que habrían estado implicados en el hecho. El hecho tomó trascendencia pública cuando la radio POP, 93.1 programa “La Tribu” de Concordia, Entre Ríos realizó una entrevista radial a uno de esos soldados.
El entrevistado denunció que en ese regimiento había robos, y que inclusive tenía más para decir, “que todo se cortaba por lo más fino, pero que el dueño del candado del corralón era el Teniente Primero FERREYRA y el Capitán ZENTURION era quien estaba de Jefe del Regimiento la noche del robo.”
El ex soldado declaro en la radio que ninguno de esos hechos de robos pudo haberse realizado sin la complicidad del Capitán ZENTURION y del Teniente Primero José Carlos FERREYRA.
Producto del robo el Ejército inició una investigación interna, en la cual le tomaron declaración a Jorge, y acto seguido fue exonerado.
Posteriormente desde el día que le tomaron declaración a Jorge, el Teniente Primero José Carlos FERREYRA comenzó a amenazar a Jorge. Le pedía a su Albacea Einar ROMERO que lo “tuvieran bailando”, que “si se hacia el pesado le meta arresto”, que “lo iba a hacer recagar”, que si él “quería lo hacía ascender o no”, que si lo tenían que hacer comer en el piso lo iban a hacer.
Me comentó también que otro soldado le dijo a Jorge que le habían revisado la habitación cuando él no estaba.
Le daban comida podrida, la cual le generó una reacción alérgica y tuvo que ser sometido a la aplicación de seis inyecciones de diclofenac potasico. Esto sumado a las amenazas y los constantes tormentos le generaban un terrible miedo de comer en el regimiento por miedo a que lo envenenen.
Desde la investigación del Ejército, FERREYRA comenzó a maltratarlo, oprimirlo, a darle una guardia atrás de otra sin parar. Esto era constante y se mantuvo hasta el 12 de diciembre. Esa noche a las 22.30 lo llamé, hablamos durante 20 minutos, una conversación normal de las que teníamos mientras él estaba de guardia. Me cuenta que su guardia terminaba a las 9.30 de la mañana del día siguiente y que estaba muy contento porque el 31 de diciembre iniciaban sus vacaciones de un mes en Corrientes, y terminamos la comunicación.
A la 1.30 am recibo un llamado de Concordia, de un soldado que me comunica que ocurrió un accidente con mi hijo. Que estaba la fiscal y la policía y me cortan.
Me vuelven a llamar, y se presenta el Capitán ZENTURION, que esa noche era el jefe del operativo, es menester resaltar que era el mismo que estaba a cargo el día del robo, y me comunica que: “el Cabo ARIAS tuvo un accidente, quédese tranquila, que está internado en la guardia”, “Quédese tranquila y espere que la van a volver a llamar”.
Luego de un rato me llama el JEFE DEL REGIMIENTO, Teniente Coronel Pablo ANTUNIA: “Mire Susana, acá ocurrió una desgracia, mire lamentablemente su hijo se pegó dos tiros en la cabeza y murió.”, me informa que fue con un Fusil FAL. Me preguntan si tenía medios para trasladarme hasta Concordia, les contesté que no y me ofrecen buscarme con una camioneta y dos soldados.
También me comunican que hay cámaras y videos para ver. Y que me van a mostrar todo lo que pasó.
Al día siguiente, 13 de diciembre a las 9.30 me busca una camioneta militar con el Albacea Einar ROMERO y me voy rumbo a Concordia acompañada por dos vecinos.
Llegué a Concordia a las 13, fui a la comisaría. A las 18 me llevan a reconocer el cuerpo. Lo reviso y para mi sorpresa me encontré con su rostro en perfecto estado, y su boca cerrada con la gotita.
Jorge David ARIAS MOREYRA, mi hijo, recibió dos disparos de FAL en la cabeza, los cuales le ocasionaron la muerte.
Ya en Paso de Los Libres en el velorio se me acercó un Militar Jefe con cargo, con insignias, no se presentó, me tomó de las manos y me dijo: “¡Susana a su hijo lo mataron, haga justicia!, yo no puedo hablar porque me están vigilando, puede correr riesgo mi familia y yo”, y me comentó que lo tienen amenazado.
Posteriormente vino a mi domicilio un Principal GONZALEZ y me dijo que fue el tercero en ver el cuerpo, y que durante un tiempo “el cuerpo estuvo desaparecido”.
El Principal GONZALEZ me dijo que 1 Minuto 32 segundo 30 del audio, está la declaración del principal donde dice que el cuerpo estuvo desaparecido.
Vale destacar que la madre de la víctima es correntina oriunda de la ciudad de Pasos de los Libres.