Durante su habitual conferencia en Casa de Gobierno, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dejó claro que la Argentina "rechaza enfáticamente esas maniobras militares, porque entendemos que eso expresa un grado de militarización creciente (en la región), cuando objetivamente la Argentina siempre ha instado a cumplir a la otra parte con la resolución de las Naciones Unidas”, que es dialogar por la soberanía de las islas.
A su vez, sentenció que ese territorio “debe ser un ámbito y zona de paz” y que “la vía diplomática es la preferente de reclamo, y eso es lo que ha hecho la Argentina, como hace sistemáticamente”.
El Palacio San Martín denunció ayer que la fragata británica HMS Iron Duke participó de un ejercicio militar en la Bahía y el Brazo de San Carlos, en las Islas Malvinas, que incluyó el disparo de 136 proyectiles. Por su parte, el secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Daniel Filmus, calificó al hecho como "una nueva provocación" que "no cambia la posición de la Argentina" en su reclamo.
En una nota de opinión publicada en un matutino porteño, Filmus advirtió que "este poder de fuego" constituye un "claro avasallamiento a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas" y reiteró que esa acción implica un "desconocimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas y de la voluntad de los gobiernos de la región".