De darse todos los pronósticos para la campaña 2009/2010. La cosecha de soja llegaría a los 55 millones de toneladas. Esto daría como resultado que el área cultivada podría estar sembrada con un 70% de semillas no fiscalizadas.
Si bien las autoridades nacionales aseguran que la venta de semillas ilegales ha disminuido en los últimos años, aún sigue siendo una forma muy habitual en el campo para evadir impuestos y bajar costos. Hoy una bolsa de 50 kilos de soja, se paga 30 dólares. En el mercado negro, en cambio, se la consigue a 25 dólares. El trigo corre la misma suerte.
Muchas fueron las propuestas que intentaron frenar la ilegalidad, pero hasta ahora todo fue en vano y tanto las empresas como el Estado, siguen perdiendo dinero por el no cobro de regalías y la evasión al fisco.
VENTA ILEGAL. Hoy el negocio de las semillas no fiscalizadas o más conocida entre los hombres de campo como “bolsa blanca”. No es más que la comercialización en negro se semillas embolsadas o almacenadas en silos sin ningún tipo de identificación. Lo cual no garantiza la calidad ni el control de dicha semilla. Este es un problema que se repite desde hace muchos años y que hasta ahora nadie pudo combatir combatir.
Para el presidente del Instituto Nacional de Semillas (INASE), Carlos Abel Ripio, “el que compra la bolsa blanca corre un riesgo muy grande ya que no tiene ninguna garantía de que lo que compra es misma variedad que pidió. Todo es de palabra y esto le puede ocasionar pérdidas muy grandes, y no existen mecanismos de reclamo”. Más tampoco hay forma de cuantificar cuanto se pierde por campaña.
La venta ilegal genera desde ya una competencia desleal que atenta contra los avances e inversiones de las distintas empresas dedicadas a la investigación y desarrollo en la genética de las semillas.
Pero también afecta a los ingresos por impuestos, es decir que existe una gran evasión fiscal millonaria.
Oscar Domingo, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), sostiene que se debería “encontrar algún sistema que permita revertir esta situación ya que con estos niveles de retorno no se pueden aplicar los últimos métodos al mejoramiento de la genética, ya que requiere mayores inversiones”.
Si las semillas compradas fueran todas fiscalizadas esto ayudaría a mejorar la eficiencia actual en las cosechas pudiendo superar de forma holgada los niveles actuales. Pero con los altos porcentajes de ilegalidad la industria no está en condiciones de hacer esas inversiones.
“Si nosotros no obtenemos un margen por nuestra inversión en tecnología, en el desarrollo de variedades y en nuevos adelantos, todo ello determina que la velocidad de avance sea muy lenta” afirma Guillermo Simona, gerente general de SPS, una empresa que pertenece a la firma Syngenta.
Para tener una noción de la importancia y el valor de la inversión en genética, en Brasil, se lanzará para el 2010 la soja RR2 que le sigue al RR que hoy se siembra en los suelos argentinos, algo que por el momento la Argentina está lejos de alcanzar.
REGALÍAS. Los dueños de las variedades tienen títulos de propiedad que otorga el INASE y el ejercicio de la propiedad se ve lógicamente canalizado, y facilitado a través de la semilla fiscalizada y la bolsa blanca no permite el ejercicio de los derechos en forma directa por el cobro de las regalías. Con lo cual, al no venderse semilla rotulada, se omite el pago de regalías y de tributos. Este no solo viola la ley 20.247, sino que impide que crezca crecer la riqueza que podría generar al país el crecimiento de los rendimientos por hectárea en los distintos cultivos.
El titular del INASE adelantó que ya “se está trabajando en la modificación de la ley de semillas. Este tema ya lo estamos analizando en la Comisión Nacional de Semillas”.
En la actualidad, el organismo nacional tiene un registro de usuarios con el cual se puede controlar a los productores grandes a través de información detallada del grano que producen, con lo cual se llega a deducir la cantidad que tuvieron que utilizar en la siembra. Sin embargo, todavía falta incorporar mas mecanismos de control que permitan que se reduzca la ilegalidad.
ILEGALIDAD. Las principales semillas que se venden en el mercado ilegal son: la soja, el trigo y el algodón, conocidas como variedades autogamias, es decir que, una vez cosechadas, producen semillas que pueden utilizarse para la próxima siembra sin que estás pierdan sus características principales. Por su parte, las semillas de cultivos híbridos, maíz y girasol, sirven para una sola campaña.
En la presente campaña la soja sembrada a nivel nacional, tiene una ilegalidad del 70% mientras que en el caso del trigo, es del 60%. Así coinciden tanto entidades públicas como privadas.
Si bien en la actualidad, la ley contempla el uso de semillas propias, sirve este de excusa para la ilegalidad ya que alguien que adquirió semillas en el mercado negro puede aducir perfectamente que es de uso propio, lo que hace casi imposible determinar a ciencia cierta si realmente venía almacenando semillas para sembrar en su campo.
En definitiva, si en algún momento del año el productor compró semillas en bolsa blanca o la intercambió con el vecino, es casi imposible diferenciarlo de lo que es el uso propio contemplado en la ley y de lo que es ilegal.
Obdulio San Martín, director comercial de Don Mario, se mostró muy escéptico ya que hoy “es muy difícil de solucionar la ilegalidad, si todos los actores de la cadena incluyendo los productores no nos sentamos y pensamos en serio lo que queremos”.
Sin embargo, el director de Don Mario, se anima a decir que “solo el 20% de lo que se siembra de soja en la argentina, es bolsa fiscalizada”.
EVASIÓN. En la campaña 2008/2009, se cosechó alrededor de 32 millones de toneladas de soja. Para esto fue necesario un siembra de 17 millones de hectáreas.
Si para sembrar una hectárea se necesitan 80 kilos de semillas. Para dicha campaña se compraron 27.200.000 de bolsas de 50 kilos cada una, a un valor de u$s30 en el mercado certificado (según datos de ASA). Mientras tanto, la bolsa blanca se vende a cinco dólares menos.
Esto implica que los ingresos para dicha campaña serían de u$s816.000.000. Si el 70% fue sembrado con semilla ilegal. La evasión al fisco oscila los 119.952.000 de dólares. A esto hay que sumarle la estampilla que otorga el INASE, que demuestra la fiscalización de la bolsa. La cual tiene un costo de 40 centavos. Lo que significa el no pago de 7.616.000 dólares.
Si por el contrario, se toma en cuanta la próxima cosecha de la oleaginosa estimada entre 52 a 55 millones de toneladas. Con una superficie de siembra de 20 millones de hectáreas. Es decir un 18% más que la anterior campaña.
La evasión podría ascender a u$s141.120.000, que no irían a las arcas del Estado. Mientras que las empresas dejarían de cobrar 644.640.000 dólares.
En el caso del trigo, para la campaña 2008/2009 se sembraron 4.500.000 de hectáreas, para esto fue necesario 110 kilos por cada hectárea. Con lo cual el total de bolsas a comprar hubiera sido de 9.900.000 de bolsas.
El costo de cada bolsa de semillas de trigo, es de 50 kilos a un costo de u$s20. Lo que significa un ingreso de u$s198.000.000. Mientras que al fisco por retención de IVA, deberían haber ingresado u$s4.158.000. Pero sólo se cobraron u$s1.663.200. Ya que sólo el 40% de las semillas eran certificadas, el resto era apócrifas.
En la campaña actual se estima que el área sembrada fue de 2.800.000 de hectáreas.
Siendo indispensable el uso de 308.000.000 kilos de semillas, lo que equivales a unas 6.160.000 bolsas.
Esto da como resultado ingresos por u$s123.2000.000. Por IVA correspondería cobrar u$s25.872.000, pero posiblemente u$s15.523.200 no vayan a parar a las arcas del Estado.
LAS SEMILLERAS APELAN A LA IMAGINACIÓN
Las empresas Nidera y Don Mario, son algunas de las semilleras que, a través de distintos programas otorgan beneficios, como un mecanismo para combatir la ilegalidad.
En el primer caso Nidera, lanzó semanas atrás la campaña Líderes Nidera, el cual otorga reconocimiento y beneficios.
Esta consiste en brindarle al productor la posibilidad de que realice compras de semillas fiscalizadas, al igual que el pago de regalías extendidas, de trigo y soja, por el cual irá sumando puntos y donde lo mas importante es la de asegurarse el uso de una genética “líder”.
Participan de este programa aquellos que compran semillas fiscalizadas Trigo Baguette y Super Sojas Nidera, a partir de la campaña 2009 y quienes realicen el pago de regalías extendidas.
De esta manera, se sumarán puntos que le permitirán al productor acceder a beneficios exclusivos otorgados por la semillera y la de otras empresas socias en esta campaña.
En el caso de Don Mario, hasta el 31 de octubre los productores podrán acceder a una financiación a 150 días, al 0% de interés, comprando semillas con la Tarjeta Galicia Rural.
A esto se suma, que por cada regalía extendida que ese productor pague se van acumulando puntos que después se canjean por prendas es lo que se llama un programa de fidelización que no es más que premiar o decirle a aquel que está pagando la regalía extendida de que “te estamos teniendo mas en cuenta del que no lo hace”, sostuvieron desde la empresa.
El objetivo es reconocer “a los agricultores y acompañar la siembra de granos gruesos, luego de una sequía generalizada que afectó la cosecha en las campañas anteriores y que hoy pone de relieve a la financiación, como uno de los factores clave de cara al nuevo ciclo productivo.
Fuente: BAE