En un correo enviado a DIARIOJUNIO, el diputado nacional Lucio Godoy (Concertación Entrerriana) manifestó que “la intención permanentemente enfatizada de los triunfadores de las elecciones en la Capital Federal (PRO) de traspasar una serie de organismos públicos nacionales a la esfera de ese Gobierno con las correspondientes partidas presupuestarias, es para muchos o todos los habitantes del interior, una afrenta.”
Godoy señala que “en primer lugar debemos decir que Buenos Aires es la ciudad con mayor burocracia del país, pues ninguna en la Argentina tiene esas características, porque esa fue la intención de quienes legislaron en su momento para construir una Ciudad-Estado. Intención que a la larga trajo aparejados costos que no deberían nunca ser pagado por los que no eligieron para nada esa estructura tan onerosa y poderosa.
“Si lograra lo que ninguna Provincia ha logrado, esto es que todos los organismos públicos que se transfieren al Estado-Ciudad se acompañen con recursos financieros, no sería igualitario con lo que sucedió con el resto de la Argentina. Ya en 1980 se transfirió toda la estructura de Obras Sanitarias de la Nación prácticamente en forma directa a los Municipios del país y no se trasladó con ningún recurso financiero sino sólo con los inmuebles y maquinarias para el fin de dicha institución.
“Posteriormente, en la famosa década de los ’90 -donde el macrismo no se sintió incómodo- se realizaron las transferencias de las escuelas nacionales que había en cada Provincia y tampoco se hizo esto con el acompañamiento de los ingresos necesarios, por lo que pasaron a desbalancear duramente los tesoros provinciales y por ende a incurrir éstos o en endeudamientos, o en el crecimiento de la presión tributaria, o ambas cosas a la vez para afrontar esa irresponsabilidad histórica.
“También con los hospitales públicos existió esa experiencia y con diferentes organismos nacionales, demostrando que son una permanente réplica de un sistema centralista, desde la Nación, que se ha ido agudizando con el paso del tiempo y lo peor es que la mayor parte de ello sucedió en plena democracia.
“Pero además hay otro elemento que debería considerarse previamente a cualquier discusión y es el vinculado al Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos que ya, a esta altura, es la principal deuda que tiene la Nación con las provincias argentinas.
“El Art. 75, en su inciso 2, de la Constitución Nacional modificada en 1994, establece expresamente en su párrafo 3º, respecto de las contribuciones directas que: “la distribución entre la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires y entre estas, se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas contemplando criterios objetivos de reparto; será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional”.
“Es imposible más claridad en lo que hace a los objetivos de los Constituyentes de la Nación Argentina que a su vez está basada en la injusta e inequitativa estructura económica y social que sufrimos y que se fue conformando con el paso de nuestra historia.
“Si algo está demostrado es que esta ahora Ciudad-Estado fue antes la Ciudad-Puerto, como lo dijera de manera brillante el legislador Leandro N. Alem en l880, al discutirse la cuestión Capital en el momento que pasó a ser esta Ciudad de Buenos Aires la Capital de la República. Precisamente allí se marcaba que a los beneficios que ya tenía -que venían con la historia desde la constitución del Virreynato- se le iba a agregar el que residiera la mayor concentración de poder económico, social y político, en un mismo ámbito. Si a esa acumulación de riqueza se le daban más posibilidades, qué pobre sería el destino del resto del país. Y así fue.
“El interior no es más pobre por ineptitud o por casualidad, lo es por la estructura demográfica, económica y socio-cultural que tiene la Argentina, y uno de sus problemas es esta concentración que en vez de morigerarse se la aumenta considerablemente. No por casualidad viene gente a vivir a estos lugares desde el interior, sino precisamente por la falta de posibilidades que produce la desigualdad, fruto de la insolidaridad que las malas políticas han producido en este país.
“Por ello es que no se compadece este ideario plasmado constitucionalmente con lo que propone el nuevo gobierno `capitalino’, y que es la obtención de recursos para una ciudad pero que no ha sido igual, ante situaciones similares, para las provincias argentinas. ¿Cuál es el motivo del privilegio para quienes a su vez representan la población con el mayor ingreso de todo el país?
“Es común escuchar a los amigos de Buenos Aires decir que son ellos los que más aportan, a través del régimen actual de Coparticipación, pues se les reduce la misma para redistribuirlos entre el resto de las provincias argentinas. Y esto es verdad, es al Estado que menos se le asigna por este medio, pero también es cierto que, simétricamente, es el ámbito que mayor recaudación tributaria autónoma obtiene precisamente en función de la capacidad económica de sus habitantes.
“Y es aquí donde tiene prevalencia el párrafo 3º del inc. 2 del art. 75 de la C.N., cuando al hablar de solidaridad, equidad y dar prioridad a un grado equivalente de desarrollo, pretende precisamente que ciudades como las de Buenos Aires sacrifiquen parte de sus recursos para poder mejorar un interior que históricamente está postergado y no está dispuesto a seguir en esas condiciones.
“La C.A.B.A es en la Argentina de hoy lo que fue ´el puerto´ en los siglos XVIII, XIX y gran parte del XX y por diferentes motivos, fundamentalmente políticos, que conformó una macrocefalia que a su vez tiene la mejor calidad de vida en todos los estratos de la población, comparándola al resto de las provincias y además los mayores niveles de ingresos personales, que son en algunos casos 4 y 5 veces superiores a las regiones del Noroeste y Noreste argentino o, sin ir mas lejos, a los habitantes del mismo conurbano bonaerense.
“Por ello es que se hace insoportable otra injusticia más, es decir, que se premie nuevamente al lugar más rico del país, donde viven y trabajan los de más poder adquisitivo y con el desigual argumento de que los traspasos deben ser con los correspondientes presupuestos de ingresos cuando -como ya lo mencionáramos- para el resto no ha sido así.
“Por ello es que decimos que antes que dar recursos hay que rediscutir el Régimen de Coparticipación y es falso el argumento de que es lo mismo -como dicen algunas propuestas esbozadas por porteños- que se entreguen los recursos porque igualmente a la Policía, por ejemplo, se le paga antes de la distribución secundaria de la Coparticipación. No importa que así sea porque precisamente lo que se debe modificar es la actual desigualdad que trae aparejada la llamada ´Telaraña de la distribución de Ingresos Fiscales Nacionales´ y no acentuar sus inequidades.
“Nuestra idea -plasmada en un libro de próxima aparición que se refiere estrictamente a este malformado Sistema de Coparticipación- es que se replantee la distribución primaria, reduciéndola en lo que le corresponde a la Nación, para mejorar después a cada Provincia en la misma proporción y establecer además un mecanismo de premios y castigos para obtener la equidad y el grado de desarrollo similar que se pretende constitucionalmente.
“Obviamente y para ser coherentes, en nuestro planteo no está hacer crecer a la C.A.B.A en la distribución, porque si alguien debe seguir cediendo, y esto para nosotros no tiene discusión, es esta Ciudad –Estado en beneficio de las provincias más pobres, que están comprobadas plenamente por todas las estadísticas históricas que ninguna manipulación podrá torcer.
“Por este motivo es que nos oponemos al argumento del nuevo oficialismo porteño, que a su vez está planteado con un dejo de soberbia, como si fueran distintos y excluyentes. “Los que somos del interior postergado, en donde se hizo tanta patria como en cualquier lugar de la Argentina, no aceptamos más marginamiento y no estamos en la Cámara de Diputados para perjudicar a nuestra provincia, como ya ha sucedido y sigue sucediendo, cada vez que se tocan los impuestos en nuestro país. Basta de prepotencia impositiva.
Se está considerando a este problema de una ciudad -la de Buenos Aires- como una cuestión central, con un problema -el de la Policía y algún otro menor- como temas nacionales, cuando no sólo no lo son sino que peor todavía, tienen que ver con una mala construcción de esta Ciudad-Estado que nació más para diferenciarse del resto y acentuar los desequilibrios que para el beneficio del país.
“Pero además de esto, se incurre también en un error al enfatizar que el problema de la inseguridad es demasiado importante en esta ciudad. Claro que lo es, como también en el resto del país y ni que hablar del Gran Buenos Aires, por lo que se sobreactúa un problema que es mayor en otras partes que allí mismo.
“Y como si fuera poco el ejemplo vale agregar que en la C.A.B.A, como en la mayoría del país, tiene más importancia la muerte por accidentes viales que los causados por la violencia estrictamente en las calles. Es decir, que a modo de modesta sugerencia, convendría acentuar más en una seguridad integral, como sería la de morigerar el caos urbano por problemas de tránsito, que sólo pensar en la represión.
“Ya hay muestras de desprecio por, por poner un ejemplo, las empresas recuperadas, que pareciera son una molestia en vez de una verdadera solución económica. O por los históricos barrios humildes de esta ciudad, que ante algunas expresiones vertidas nos acordamos del Intendente Domínguez cuando quería demolerlos para que su aspecto no afectara la estética porteña, y quizás luego beneficien negocios inmobiliarios.
“Por último debemos también replicar a quienes argumentan que existen leyes que determinan que los traspasos de organismos públicos de una órbita a otra deben hacerse con su correspondiente partida de ingresos. A eso le contestamos que antes está la Constitución Nacional, en ese art. 75, inc. 2, que establece la necesidad de un nuevo régimen de Coparticipación de Impuestos y que el mismo debe servir para igualar. Todo lo que contraríe ese principio es inconstitucional.
“Por todo lo expuesto es que solicitamos al Poder Ejecutivo Nacional y a nuestro Poder Legislativo, que prioricen la integralidad nacional y no la ´gula recaudatoria´ de algunos dirigentes capitalinos que para resolver un histórico problema lo quieren hacer de golpe y pensando que son el ombligo del país. El país somos todos.”