Pese a que durante todo el día sábado no paró de llover y que todo hacía sospechar que la convocatoria formulada por “abc democrático” iba camino al fracaso, el salón de actos del consejo de contadores se llenó, para participar de la charla que el escritor Mempo Giardinelli vino a dar a Concordia.
“Construir ciudadanía en el siglo XXI” fue, en realidad, un repaso de más de una hora por una realidad nacional que va transcurriendo desde la angustia y el dolor del 2001, hasta la mejoría de los años siguientes, pasando por la virulencia confrontativa de los grupos de poder, la contaminación del glifosato, el estado de la educación pública y para concluir en que este 2009 “nos enfrenta a los argentinos a las mismas fuerzas que hace 20 o 30 años, que cuentan con el poder de manipulación de los multi-medios que preconizan el desconcierto”. En esta parte, remató diciendo “veo la intención de restaurar el viejo régimen que nos dejó en este estado de cosas”, en clara referencia a la oposición política que se presenta como alternativa de poder.
Giardinelli situó todo en la pregunta sobre como nos encuentra parado el bicentenario.
Partió de allí para referirse a lo que llamó la “desculturización” en la que hay un proceso de embrutecimiento en el que encima se exaltan las peores conductas sociales. Ejemplificó este proceso diciendo que de las 90 mil palabras del castellano, una significativa porción del pueblo solo usa, en el mejor de los casos, 1.500, cuando no, vastos sectores sociales, los más castigados y pobres, que solo alcanzan a pronunciar 300 palabras de esas 90 mil que tienen a disposición.
Hizo un recorrido por los años 90 (menemismo) en los que, reseñó, nos despojaron de todo, del petróleo, del gas, de los ferrocarriles, de la electricidad, de la flota mercante, de y de y de… para rematar señalando “nos despojaron de todo lo que era de todos”, de tal modo, señaló, que hoy “lo público se ve como algo de nadie, no de todos”.
Reivindicó el debate sobre la nueva ley de radiodifusión, dijo que se puede discutir todo de esa ley, en cuanto a que es perfectible, pero, aclaró “es una ley claramente antimonopólica”, quizá por eso y a renglón seguido, no dejó pasar el hecho que los mismos grandes medios que “asesinan todos los días la libertad de expresión, son los mismos que dicen que esta ley ataca esa libertad”.
Cerca de la medianoche y viendo que la gente no se iba y que, si fuera por ella seguiría debatiendo, Giardinelli pidió disculpas, contó de su agotamiento (había viajado casi mil kilómetros y esa misma madrugada debía partir de regreso) y dio por finalizado el debate.