Otro de los testigos que pasó por el estrado fue el hijo de María Eugenia Saint Girons, otra de las víctimas que sobrevivió al terrorismo de Estado de aquellos años de plomo y muerte.
María Papetti ya había adelantado en Radio Ciudadana que, señalaría que pese a los 41 años que pasaron de aquel violento episodio, sus padres ya fallecidos no pudieron ver que se hiciera justicia con la desaparición forzosa de su hijo Jorge que estaba cumpliendo el servicio militar.
Papetti señaló además que su madre iba casi a diario al Regimiento a preguntar por Jorge y Dasso nunca respondió, ni se arrepintió ni tampoco señaló el lugar donde depositaron el cuerpo, pese a que ya se sabe de su responsabilidad pues uno de los testigos, Ramirez, contó como fue torturado casi al lado suyo en Concordia y luego en Paraná.
Asimismo contó que a su hermano le faltaba solo un mes para salir de baja y otro militar al que identificó como López Belsué sacó a Jorge de formación en el Regimiento de Concordia y que ellos recién se enteraron una semana después.
Inventaron una fuga en Villaguay que nunca existió y que es casi infantil.
Los imputados son Naldo Miguel Dasso, José Anselmo Appelhans, Gonzalo López Belsué, Jorge Humberto Appiani, Alberto Rivas, Rosa Susana Bidinost, el médico Hugo Mario Moyano y Guillermo Quintana.
La jueza que lleva adelante este juicio es Beatriz Estela Aranguren, que ahora cumple la función de camarista.
Otro de los testigos que pasó hoy por los tribunales fue Juan Emilio Basso Feresín, hijo del detenido desaparecido Emilio Feresín y de María Eugenia Saint Girons, quien declaró por el secuestro y las torturas que sufrió su madre en Paraná.
En rigor, el testigo estaba en la panza de su madre detenida cuando ocurrían aquellos criminales acontecimientos de la dictadura más feroz de la que se tenga memoria en la Argentina.
