Ciro Mastandrea, técnico en extensión forestal del INTA Concordia, expresó que tanto en forestadores como en la industria una gran atomización en pequeñas empresas o minipymes. “Generalmente de origen familiar o de gente que ha invertido en forestación”, dijo.
El dato es importante debido a que, de esa forma, se garantiza una distribución bastante equitativa de la ganancia de toda la cadena. “Salvo Masisa y alguna otra de escala grande, que si la comparás con otras grandes empresas mundiales o de Misiones no serían tan grandes, hay una gran atomización. Generalmente los aserraderos son de origen familiar y en la parte forestal son inversores, profesionales que invirtieron en forestación o citricultores que han hecho algunas hectáreas de forestación”, indicó
“Eso hace que esté muy atomizada, muy repartidas las ganancias de la cadena forestal. Es un mercado muy repartido con bastante competencia”, señaló. Las dificultades e presentan a la hora de exportar o producir un gran volumen. “Se hace difícil compatibilizar en calidad”, dijo Mastandrea. “Cuando hay muchas empresas chicas y te piden un volumen muy grande, es difícil cumplir sino se trabaja desde el asociativismo”, indicó.
La principal provincia con plantaciones forestales es Corrientes. En esa provincia, hacia el norte domina el pino y hacia el sur el eucaliptus. En Misiones, el 80 % de las plantaciones son de pino y “muy poquito eucaliptos”. En tanto, Entre Ríos y Buenos Aires disputan el tercer lugar. En esta provincia domina el eucaliptus y muy poco pino. “Hoy estamos especializados en un 90 % en lo que es eucaliptos”, señaló.
Las forestaciones abarcan una parte casi insignificante de la geografía entrerriana. Mastandrea señaló que ocupa el 1% de la superficie total de la provincia. “La verdad es que abarca muy poca región en la provincia”, indicó. La franja que abarca el eucaliptus va desde el norte, en el límite con Corrientes, hasta Gualeguaychú al sur (400 km.) y desde el río Uruguay al este hasta 30 kilómetros al oeste, como si hubiese una línea imaginaria a la altura de San Salvador. En el centro y oeste de la provincia predomina otro tipo de suelos que hace más rentables cultivos como la soja, etc.
En el este de la provincia, el suelo tiene mucha arena y sirve para forestaciones o citrus. “Muchas otras opciones no hay por eso la forestación avanzó”, indicó el técnico. En el INTA han realizado numerosos estudios para extender la forestación hacia el oeste donde los suelos son más pesados. “El mayor problema es que los árboles tienen un crecimiento más lento lo que hace que un productor tenga que esperar más años”, señaló.
Al perder rentabilidad, la forestación deja de ser atractiva. Las forestaciones son inversiones que dan fruto a largo plazo en comparación con los cultivos agrícolas.
De todas formas, hay cerca de 100.000 hectáreas plantadas, suficientes para abastecer a los aserraderos. Pero la producción de los aserraderos va creciendo y se estima que tarde o temprano la superficie plantada debería crecer. “Por eso el INTA ha trabajado sobretodo en eucaliptus para frío o sobre suelos pesados”, señaló.
Generalmente la producción se destina al mercado interno. “Un escaso porcentaje se ha exportado, menor al 0,1 % del total”, precisó. El valor agregado es escaso. Mucha madera se destina al encofrado para la construcción y la cajonería (pales, bins, cajón de frutas y de pollos). Hay aserraderos que trabajan con una segunda escala como machimbre y molduras. Lo producido se destina a Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba donde se encuentran los principales compradores.
De todas formas, el INTA trabaja para que el valor agregado quede en la región y encontrarles alternativas a la madera. “Hoy por ahí lo que pasa es que nuestra madera va a Santa Fe y Córdoba y vuelve transformada en muebles”, indicó. Una de las alternativas es la industria del mueble, la otra son las viviendas de madera.
Mastandrea aseguró que la madera de eucaliptus es apta para mueblería de calidad. Lo que falta es “infraestructura y tradición”. “Carpinteros hay muchos pero se trabaja regionalmente. Son pequeñas empresas y no tenemos escala. Los carpinteros trabajan particularmente. Viene un cliente, les pide un mueble y hace ese mueble. No hay muebles en serie ni hay empresas grandes. Las grandes mueblerías trabajan con pino como algunas de Villa Elisa”, acotó.
El INTA estimó que la cadena genera cerca de 8000 puestos de trabajo en forma directa. “Sin contar los indirectos que no están ligados a la cadena como insumos y transporte”, señaló. En la región hay 220 aserraderos, 13 plantas impregnadoras, 2 plantas de tableros. “Hay una diversificación bastante amplia”, indicó. Lo valorable es que provienen de la explotación de 100.000 hectáreas, una superficie que es duplicada o triplicada por empresas brasileñas.
Uno de los objetivos a futuro es la exportación. Mastandrea señaló que no se piensa en exportar toda la producción. “La realidad es que con el mercado interno se trabaja bastante bien”, explicó. No obstante, señaló la importancia de obtener nichos en los mercados externos donde posicionar a la industria.
“El otro horizonte siempre es dar valor agregado. Lo que vemos de la parte técnica es que cuando se hace madera verde, cualquiera ya sea competencia nacional o de otros países pueden entrar a competir con madera verde en nuestros mercados”, dijo en referencia a Corrientes y Misiones. El técnico forestal diferenció tres nichos: los aserraderos que trabajan con tablas, los que fabrican cajones para el citrus y la industria avícola y los que procesan pallets y encofrado para la construcción.
No obstante, dijo que se debería seguir invirtiendo en torno al mercado interno. “Si tenemos experiencia y años de dar valor agregado a la madera, para lo que se necesita mayor inversión y experiencia, más plantaciones, creo que ese mercado es donde debería apuntar nuestra industrialización”, indicó.
Eucaliptus, poca mano de obra
El secretario de Producción municipal, Néstor Loggio, sostuvo que el sector maderero fue creciendo bajo un marco propicio generado por la ley nacional de subsidios para la actividad forestal. “Esto hace que mucha gente se vuelque a la actividad forestal y que muchísimos productores citrícolas arranquen sus quintas para plantar eucaliptus”, mencionó.
No obstante, remarcó que “lo que para el productor puede ser un buen negocio, para la ciudad es una mala noticia”. El funcionario señaló que una hectárea de citrus genera decenas de puestos de trabajo y una de eucaliptus “muy poquitos”. De todas formas, hizo una aclaración. “Lo que si va a generar muchos puestos de trabajo es la industria.
En ese sentido, recalcó que en Concordia hay muchos aserraderos pero son insuficientes. “Además fundamentalmente lo que hacen es tabla para cajón o madera aserrada para la industria que tiene escaso valor agregado”, dijo.
Para cambiar esa situación, Loggio señaló que la municipalidad trabaja en dos líneas. La primera es generar en Concordia un núcleo de desarrollo de la industria del mueble en base a eucaliptos. En ese sentido, subrayó la radicación de ocho talleres en el galpón ex Fertimaq donde los carpinteros tienen espacio, seguridad y energía eléctrica. “De manera que ellos puedan crecer desde allí y constituirse en el mediano plazo en pequeñas empresas.
La segunda línea es la construcción de viviendas de eucaliptos para lo cual trabajan en conjunto con el Conicet y el ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Loggio remarcó que falta el certificado de aptitud técnica de la Secretaría de Vivienda de la Nación. “Sin este certificado no hay financiamiento público”, dijo. Se trabajan en los planos, los módulos y los prototipos para lograr antes de fin de año el certificado. “Y el año que viene presentar una propuesta en el IAPV con eucaliptus y mano de obra de Concordia”, indicó.
Una alternativa para emprendedores
En la reciente Feria de los Carpinteros llevada a cabo en los galpones del puerto, el presidente de la Asociación de Carpinteros de la Región de Salto Grande, Hugo García, estaba a cargo de un stand destinado a promocionar la construcción de viviendas de madera. “Hay que trabajar mucho, hay que formar y capacitar gente. La idea nuestra es intentar que a través de la escuela técnica ya se empiece a difundir y enseñar lo que es el diseño de viviendas”, mencionó.
“Lo que estamos diciéndole al gobierno de la provincia es que hoy no sólo se puede vender soja o citrus sino que también la industria del mueble está avanzando y puede ser una alternativa de formación de gente joven, dijo en otro párrafo.
En tal sentido, explicó que hay 20 carpinteros que trabajan asociativamente y ocho de ellos en la ex Fertimaq. “La idea es sumar profesionales pero cuesta un montón”, indicó. García rescató como positivo es el acercamiento con muebleros de otras localidades como Viale. “Se han comprometido a que en las próximas ferias van a ver la posibilidad de estar presentes demostrando sus productos. Eso hace al desarrollo de la industria no sólo en Concordia sino en Entre Ríos”, señaló.
Los carpinteros cuentan con la materia prima y la capacidad para trabajarla. ¿Cómo ganar mercado? ¿Cómo competir con los muebles que ingresan de otras provincias? Lo que falta para eso, dijo García, es la adquisición de maquinaria nueva. “Son muy costosas. Hoy la maquinaria que tenemos son maquinarias manuales que si bien son con tecnología avanzada, se necesita un operario por cada máquina. Para salir a producir y a competir, necesitamos producción y para eso se necesita maquinaria con avanzada tecnología. Hoy cuesta muchísimo y no está al alcance nuestro poder comprarla”, aseguró.
La mayoría de los muebles que se exhiben en los negocios proviene del Tigre (Buenos Aires), de Córdoba o de Santa Fe. “Acá vienen los camiones cargados de madera y vuelven cargados de muebles”, indicó. Para revertir ese proceso, desde la Asociación dialogan con los comerciantes y las financieras para comenzar a colocar los productos en las vidrieras. Si logran ese objetivo, García apuntó que de esa forma estarán recuperando el oficio. “Es dignidad y es lo que le dejamos a las nuevas generaciones”.
La exportación cerrada
Rubén Franzoy, titular del Imfer (Industriales Madereros de Federación Entre Río) aseguró que por ahora trabajan exclusivamente en el mercado interno. “Yo tuve varias experiencias de exportación y siempre estamos pensando en exportar. La verdad que exportar le da un margen a la industria”, indicó. No obstante, acotó que en la actualidad la exportación está en “cero” en la zona. Pero además acotó que el panorama externo no es más alentador. “La crisis del 2008 ha afectado la construcción, se ha frenado”, indicó. Hasta ese momento, había cinco empresas que exportaban.
En cambio, soplan vientos más favorables para el mercado interno. “Está bastante sostenido”, dijo. No obstante, aclaró que no son las mismas expectativas las de este año en comparación con el anterior. “Aparentemente va a haber un poco de retracción casi seguro”, dijo. Lo que más se produce para el mercado interno es madera de eucaliptus para la construcción, embalaje, pallets, machimbres, molduras, vigas multilaminadas, etc. La otra posibilidad que vislumbran como positiva son las casas de madera. “Se está hablando de un 10 o un 20 % de viviendas de madera”, indicó.
“El comercio de exportación es totalmente distinto, abre otro panorama. Enseña porque el exterior no tiene la misma exigencia que el mercado interno, son más exigentes. Las veces que hemos tenido que hacer trabajos de exportación hemos aprendido mucho”, indicó Franzoy.
Además acotó que también hay cuestiones a corregir con el tipo de cambio. “La madera es un producto de bajo valor, tiene que ser muy competitivo para entrar a los mercados”, indicó.
Situación laboral
En el sindicato de la Madera explicaron que Giachero suele salir a menudo. “Se va a Ubajay y se queda todo el día. O lo llaman de un lado o del otro”, dijo la secretaría. Casual y llamativamente, las veces que DIARIOJUNIO fue hasta el gremio o llamó por teléfono, nunca lo pudo localizar.
En el ministerio de Trabajo de la Provincia tampoco hay mucha información. Al menos para la prensa, Luego de requerir por mail, dado que Guillermo Smaldone no otorga entrevistas, información, la respuesta inesperada fue que había que contactarse con Producción. Si la desidia para atender a la prensa de parte del gremio y del Estado se repite para atender a los trabajadores, no es de extrañar que sea una de las actividades con mayor índice de trabajadores “en negro”.