GAZA Y LA HUMANIDAD

El parágrafo nº 2309 del Catecismo católico al considerar los elementos en la doctrina llamada de la “guerra justa”, plantea como condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza militar: — Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto. — Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces. — Que se reúnan las condiciones serias de éxito.— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. Siguiendo la doctrina, una carta pastoral de la Iglesia Católica estadounidense de 1983, dijo “Cuanto más desproporcionado es el número de muertes civiles colaterales, más sospechosa será la sinceridad del reclamo de la nación beligerante sobre la justicia de la guerra que pelea”.

Por un lado estaría el derecho a no ser atacado, por el otro el derecho a no ser oprimido. Mientras continúe el cerco de Gaza, donde l,5 millón de personas se consumen literalmente de hambre y sed, donde el bloqueo no deja entrar medicinas ni alimentos (recordamos el ataque israelí a la flotilla de ayuda humanitaria en 2010) el pueblo palestino será un pueblo agredido.

La población civil de Gaza no tiene salida ni resguardo (no paso por alto la responsabilidad de Egipto). Gaza tiene 360 kms.2 y se hacinan allí un millón y medio de personas. Las ciudades de Paraná y Santa Fe ocupan 325 kms.2 y las habitan 750.000 personas. ¿El Hamas utiliza a la población civil como escudo humano?

Como en el 2008/09 el pretexto fue defensa propia en razón de los continuos ataques con misiles de Hamas. La verdad: “Cualquiera que observe con honestidad el desarrollo de los acontecimientos en los dos últimos meses descubrirá que los (cohetes) Kasam tienen un contexto. Fueron casi siempre arrojados después de operativos de asesinato de las FD Israelíes, y de éstos hubo muchos.

La pregunta de quién empezó no es infantil en este contexto.

Las FDIisraeliés volvieron a las operaciones de exterminio y en gran escala. Y su consecuencia fue el incremento de los disparos de Kasam”. Así escribió Gideon Levy en el diario israelí Ha’aretz del 9 de febrero del 2007.

Otro pretexto auto justificativo ha sido que “La cuota de muertes en Gaza es, por supuesto, estremecedora, aterradora, indescriptible. Sin embargo, no se compara con la cuota mortal de israelíes si Hamas lograra sus objetivos.” La masacre en Gaza se justifica porque Hamas haría lo mismo si pudiera, aunque no lo haga porque no puede.

En aquel momento avaló la excusa Barack Obama: “Si alguien lanzara cohetes sobre mi casa donde mis dos hijas duermen cada noche, yo haría todo lo que está a mi alcance para que eso se termine”. Le respondió el periodista francés Michel Collon: “¿Proteger a sus hijas? ¡Cómo lo comprendo! Pero, para ser totalmente correcto con ellas, ¿no debería usted contarles la historia de esa casa? ¿Decir que usted se la robó a los propietarios? ¿Y también el jardín y todos sus alrededores? ¿Y que usted obligó al antiguo propietario a vivir en la casilla del perro? Pues exactamente eso es lo que ha hecho Israel robando a los palestinos sus casas y sus tierras y forzándolos a vivir en campos de refugiados”

Claramente lo dice Eduardo Galeano: “Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006….Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.”

Cuando la ONU hizo la partición de Palestina en 1947, a los judíos, que eran el 30% de la población, se les otorgó el 54% del territorio (lo que incluía el desierto del Neguev). A los árabes, que eran el 67% de la población, les correspondió el 49%.

Exceptuando los 700 kms.2 de Jerusalén y Belén, a  los árabes les correspondieron aproximadamente 11.500 kms.22 y a Israel 14.100 kms.2. Hoy Israel acrecentó a 20.850 kms.2  y los palestinos tienen menos de 5.400 kms.2  en fragmentos inconexos.

En 1950 el parlamento israelí promulgó la llamada Ley del Ausente, que permite al Estado apoderarse de toda propiedad palestina que no ha sido utilizada durante un determinado período. Israel se ha quedado así con la tierra de miles de palestinos expulsados. Hoy continúa con ello en razón de los retenes y las dificultades de circulación del Muro que construye.

Al Muro de Berlín se lo llamó El Muro de la Vergüenza, tuvo 155 kilómetros de largo y una altura media de 3,6 metros. El que Israel construye en el territorio palestino ocupado tiene más  de 800 kms., un máximo de 8 metros de alto y su anchura podrá ampliarse ya que a uno y otro lado se cavan fosas de varios metros de profundidad, hay vallas electrificadas de alambre de púa, sensores térmicos, cámaras de video, torres de francotirador y carreteras para los vehículos israelíes de patrullaje, más una franja colchón de ancho variable. El 85 por ciento de este Muro se construye dentro de Cisjordania, a la que despoja del 9,5 por ciento de su territorio.

La Corte Internacional de Justicia  señala que Tel Aviv debe desmantelar un muro que para el pueblo palestino entraña, entre otras cosas, “la destrucción o incautación de propiedad privada, restricciones a la libertad de circulación, confiscación de tierras de cultivo, corte del acceso a las fuentes de agua primarias” y constituye “una anexión de facto de territorio palestino” (www.icj.cij.org, 9-7-04).

Cada vez que se acerca la posibilidad de un Estado Palestino o se vislumbra algún intento de paz, como el del Papa Francisco, aparece una operación como la del Plan Dagan, (por el general (R) Meir Dagan, entonces asesor de Sharon y hasta hace poco jefe del Mossad). El ataque se desencadenaría contra Palestina “después de un atentado suicida palestino que causara muchos muertos y heridos civiles en Israel, esgrimiendo la justificación del derramamiento de sangre” El Plan Dagan incluía la cantonización de los territorios palestinos, aislando completamente a Gaza de Cisjordania (Le Monde, 17-12-01).

Debemos oponernos a las acciones criminales de Israel respetando la memoria de la Shoá. No caer en la trampa del antisemitismo que repudia a los judíos por ser judíos, en vez de condenar al Estado de Israel por lo que hace. A su vez, respetar la memoria de la Shoá, también es no utilizarla para justificar acciones repudiables.

Hay que resaltar que los palestinos también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Sí en cambio, muchas de las naciones que hoy sostienen a Israel en sus atropellos.

Es pavoroso que  el sufrimiento y  la humillación no aleccionen y traigan nuevos dolores. Espanta ver que las víctimas se conviertan en victimarios, es  defraudante que los pueblos sean perseguidos y a su vez perseguidores (casi una constante en la historia).

Albert Einstein, en carta a Weismann, 1929, dijo: “Si nosotros nos revelamos incapaces de alcanzar una cohabitación y acuerdos con los árabes, entonces no habremos aprendido estrictamente nada durante nuestros dos mil años de sufrimientos y mereceremos todo lo que llegue a sucedernos.”

Todos tenemos mucho que aprender. Los israelíes han de comprender que los palestinos sufren injustamente como consecuencia de la instauración del Estado de Israel, y que han sido exiliados y masacrados.

Los palestinos han de comprender que los israelíes judíos son un pueblo que volvió del exilio y sobrevivió al exterminio.

Y el conjunto de los pueblos debe indignarse por las potencias imperiales que por sus egoístas intereses usan como  carne de cañón a los pueblos y debe exigir terminar ese desprecio por la vida.

Debemos desterrar el odio y el resentimiento que se retroalimentan. El respeto a los derechos humanos es un camino posible hacia la justicia, que se hace pensando en el futuro, no como la venganza que se hace solo pensando en el pasado. Y la paz es un bien  al cual nos acercamos si hay justicia. Y para todo, por supuesto, la caridad.

En Gaza también se dirime el sentido y el destino de la Humanidad.

 

Nota al lector: mis abuelos maternos eran árabes sirios, pero para que nadie prejuzgue que esto nubla mi entendimiento, el texto que precede se basa en una síntesis de artículos de intelectuales judíos como Juan Gelman, Alejandro Kaufman, León Rozitchner, Pedro Brieguer.

 

Paraná, 20 de Julio de 2014.-     

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