Sucede que…Santa Elena es el resultado del desprecio por la política con mayúsculas, del desinterés por el bien público, de la degradación del concepto “militancia”, del sancocho entre lo público y lo privado, de una justicia amañada y uno de los tantos ejemplos brutales del noventismo, de cuando los bienes públicos iban a parar a la piñata en las fiestas de las pizzas con champagne.
No es casual que esta persecución y agresión brutal se den allí. Santa Elena es nuestro pariente más pobre. Hay más miseria, desocupación e indigencia que en cualquier otro lugar de la provincia. Además de ser una de las principales distribuidoras de planes Jefes y Jefas que tiene Entre Ríos. Su Intendente no es de esa estirpe, claro, a él la justicia le descubrió una fortuna en dólares y en cuentas del exterior. Podríamos decir, una ciudad típicamente menemista : muchos pobres y unos poquitos vivos.
En fin, lo que quedó luego de las promesas milagrosas con las que Menem, Busti y Rossi entusiasmaban a esa población con la privatización del frigorífico exportador ; uno de los tantos ejemplos de lo que pasó en el país y Entre Ríos durante los últimos años del siglo pasado y los primeros de este ; una de las semillitas que en el país sembró la debacle del 2001, uno de los escenarios sociales que nos muestra el desquicio social que, no se plantea del mismo modo en cualquier lugar de la Argentina.
Existen poblaciones que sufren las consecuencias mucho más que otras, Santa Elena es una de ellas, tardará mucho en salir, la degradación se maceró, se transformó en costumbre, se hizo cultura, especialmente entre quienes tienen responsabilidades políticas e institucionales, pero no solo en ellos.
Por todo esto es que no podemos desentendernos.
Lo que cuento que ocurre en Santa Elena, no es más que un ejemplo : un Intendente patotero, violento y chorro que, abusando del evidente desinterés social, sigue al frente del municipio y hasta plantea presentarse nuevamente para su reelección.
Y la muestra más patética del desquicio es que volverá a ganar por afano, como ganó por afano en la última elección pese a ser uno de los responsables más caracterizados de lo que les pasa a los que viven allí.
Es ese marco entonces, el que interpela al gobernador (como máxima autoridad de la provincia), que ahora la juega de progre.
En Santa Elena, Carlos Furman, la víctima y Daniel Rossi el victimario, interpelan a Busti (Jorge) y al poder político de la provincia.
Al gobernador, como máxima autoridad provincial no se le escapa que Santa Elena es una ciudad de esta provincia y que, si no hay libertad de expresión allí, está cuestionada la libertad en Entre Ríos. Busti debe saber que su responsabilidad no puede limitarse a ofrecer custodia policial, entre otras razones porque tampoco esta logra el objetivo de la seguridad.
Furman no solo no puede ejercer su derecho a la libre expresión, tampoco su derecho a vivir seguro. Desde ese costado está interpelado Busti. Él, como gobernador, no puede abstraerse, desentenderse. Su responsabilidad por lo que le pasa a Furman es inclusive mayor que la de Rossi, más aún cuando sabemos que la situación de Furman viene de lejos, no es nueva.
Pero a Busti también lo interpela Rossi quien, de hecho, le marca la cancha. En Santa Elena (parece decir) manda él, ese es su feudo, en ese territorio hace lo que se le antoja, incluso aquello que está ¿ prohibido ? en el territorio en el que gobierna Busti. Es decir, Rossi pone en dudas la democracia, la república, las instituciones y Busti se calla la boca, lo deja. ¿ esta de acuerdo o le teme ?
Luego de haber sido condenado en un juicio oral y público que tardó años en llevarse a cabo, Rossi aunque sin nombrarlo, amenazó a Busti, dejó entrever “que hablaría, que contaría”.
Frente a esta encrucijada al gobernador no le quedan demasiadas opciones. Si no toma partida, debe saber que no es la autonomía municipal lo que defiende. Defiende la censura, la persecución, la amenaza, la patota y la violencia.
En su interpelación a Busti, Furman y Rossi nos están diciendo cuán lejos está Entre Ríos del país que piensa y ejecuta el presidente Néstor Kirchner en cuanto a construir república y poner las instituciones al servicio de los Derechos Humanos.