Comparín atribuyó el fallecimiento al envenenamiento de las vacas con restos de pesticidas que se habrían depositado en el pasto que luego ellas comieron, y que vendrían de una fumigación en un campo lindero donde se cultiva soja, propiedad de un productor concordiense. Si bien el diagnostico sintomatologico elaborado por medico veterinario Estanislao Acevedo Miño predijo que la sustancia estaba presente en los cadáveres de las vacas, aún faltaba la confirmación del laboratorio sobre este aspecto, cosa que fue concretada antes de ayer.
En su momento, Comparín habló de la fumigación con el sistema “mosquito” que se hace en un campo vecino –donde se planta soja- y de la posibilidad de que el plaguicida se halla usado en dosis mas altas de las permitidas y del hecho de que el viento haya arrastrado algunas partículas al terreno donde sus vacunos pastaban. También, dijo que la empresa encargada de la fumigación -”Belardo”, de Concepacion de Uruguay- se deslindó de toda responsabilidad, no dando crédito al hecho de que los animales puedan haber muerto por un mal uso del elemento. Incluso, el mismo Comparín, detalló que habló con un ingeniero de la firma, quien le habría admitido que este caso lo motivó a renunciar, habida cuenta de la aplicación del pesticida sin su consentimiento.
El endosulfan es un “carbamato” que entra en el aire, en el agua y en el suelo durante su manufactura. Sobre cosechas se degrada en un par de semanas, sin embargo, se adhiere a las partículas del suelo y puede demorarse años en degradarse completamente. El limite entre la dosis aplicable y la letal es muy pequeño.
