A la opinión pública:
La situación derivada de habernos animado a denunciar un acto de discriminación, no es para nosotros una situación cómoda ni mucho menos graciosa.
Nos expone públicamente, nos somete a todo tipo de juzgamientos, nos convierte en blanco de comentarios homofóbicos, discriminadores en muchos foros en internet.
Por lo tanto, si alguien piensa que lo hacemos por diversión está muy equivocado.
Decidirnos a luchar por nuestros derechos exige poner el cuerpo, hacer pública nuestra identidad. Esto genera un problema hasta en los lugares menos pensados para aquellas personas que nos juzgan desde una supuesta “normalidad”. Lugares, como pueden ser en muchos casos, nuestras propias familias.
Venimos de muchas luchas. Algunas internas, como es el reconocimiento desde muy pequeños de lo que nos pasa, y eso ponerlo en sentimientos y en palabras dentro de una cultura que no contempla en ninguno de sus espacios de reproducción y de formación la posibilidad de una sexualidad distinta a la aceptada (por eso los estudiantes se sienten con derecho a elegir “el mariposón y la machona” como parte de los festejos por la primavera).
Otras luchas son externas, como es la decisión de vivir plenamente nuestra identidad sexual, aún sabiendo que eso nos expone a burlas y actos discriminatorios.
Venimos soportando hace muchos años.
Siempre hemos elegido el silencio y retirarnos diciendo “bueno ya está, vamos a otro lado”.
Ahora dijimos basta. Vivimos en democracia, hay un Estado que reconoce nuestros derechos y alienta nuestra lucha.
Nos hemos encontrado con un montón de gente, movimientos sociales, espacios políticos, institucionales, etc. que apoyan nuestra lucha.
Sabemos que hay mucho por cambiar en una cultura basada en la discriminación, pensemos que en nuestra ciudad tenemos un jefe del Registro Civil que oculta su homofobia en objeciones de conciencia para poner sus creencias particulares por encima de las leyes de la Nación.
Días pasados debimos soportar que un abogado del boliche denunciado arribara a una reunión que manteníamos, y cuando lo invitamos a sentarse no aceptó, diciendo que estaba apurado y que solo venía para que la termináramos con “este temita”. Que la discriminación para él no era un problema importante, y por supuesto, también, que él tiene amigos normales y amigos gay (todas estas expresiones están grabadas) etc.
Nosotros vamos a seguir adelante con nuestra lucha que va más allá de este hecho puntual.
No es posible que tengamos que vivir pendientes de que si los demás aceptan o no quienes somos y lo que sentimos.
Es indignante que muchos compañeros no puedan mostrar su rostro por temor al rechazo social e incluso hasta perder el trabajo. Nuestra lucha en la ciudad de Concordia recién comienza.
Entre las instituciones que organizan y apoyan esta marcha se encuentran: La Delegación de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Gobierno de Entre Ríos, Delegación del INADI en la Provincia de Entre Ríos, Foro de Diversidad Sexual INADI -Entre Ríos, Partido Humanista Concordia- Centro Humanista, Espacio Identidad y Memoria-Escuela Normal, la Supervisión Departamental de Educación en Concordia, la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans- Federación LGTB, la Federación Juvenil Comunista de Concordia, La Secretaría Política del Partido Comunista de Entre Ríos, el Partido socialista de Concordia, GLUC- Gays y Lesbianas Unidos de Concordia, FHOIAR – Familias Homoparentales integradas de la Argentina, Programa Convivir, de Paraná (E.R), Movimiento Peronista Auténtico, A.C.I.D.S. (Acción Ciudadana para la Integración de la Diversidad Sexual) Ciudad de Mendoza.