Fuerte crítica al Congreso Justicialista y a quienes apoyaron durante 10 años políticas neoliberales

Desde las movilizaciones del 20 de diciembre de 2.001 el pueblo argentino busca una dirigencia que restituya un sentido transformador al accionar institucional en la búsqueda de un país justo, digno y solidario.
El 27 de abril de 2.003 el pueblo votó libremente y Néstor Kirchner asumió la Presidencia respondiendo con su accionar a esa enorme demanda social de recuperar la autonomía institucional con verdad, justicia e inclusión social. Así, entre otras cosas, este Presidente ha avanzado en la reconstrucción de la Justicia con la recomposición de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, buscando que en el marco de la justicia se encuentre el fin de la impunidad, renegociar en condiciones dignas el pago de la deuda externa, impulsó la reforma laboral devolviendo derechos a los trabajadores, haciendo respetar al Estado por parte de las empresas privatizadas.
En medio de una durísima negociación por la deuda externa, esperábamos que aquella legitimidad y adhesión mayoritaria por el rumbo adoptado se expresara en el Congreso Justicialista. Esperábamos que en un marco de respeto se profundizará el debate de ideas y proyectos que el Partido Justicialista se debe desde hace años. Esperábamos una clara y amplia convocatoria a todos los argentinos y dando un claro y monolítico respaldo a la actual orientación del gobierno nacional del Presidente Kirchner.
Pero el Congreso Justicialista, que durante 10 años aceptó calladamente políticas neoliberales en lo económico y social, así como los indultos a los torturadores y asesinos de miles de nuestros compañeros, e hizo que se fueran cientos de valiosos militantes para reemplazarlos con María Julia Alsogaray y otros, sufrió un ataque de fe peronista… atacando al compañero Presidente, cerrando las puertas para el reingreso de aquellos que se fueron por la política de Menem, impidiendo el debate de los temas que le interesan a los argentinos, acallando a los gritos a un compañero que recordaba la traición a la clase trabajadora por parte de quienes aprobaron la precarización laboral; quieren renegar de la historia frentista del Peronismo y de la necesidad de recomponer el frente nacional de clases sociales para reconstruir un país devastado. Que es una tarea prioritaria.
La difusión televisiva -que no querían-, del congreso permitió ver a millones de argentinos que esto es cierto. Que muchos dirigentes anteponen sus intereses a los de la Nación.
Por todo ello es necesario el cambio, también interno, en las estructuras partidarias. Es imprescindible la caducidad de los mandatos de todos los congresales nacionales y el llamado a elecciones directas en todos los distritos.
No es hora de golpearse el pecho y andar con agachadas y dobles discursos.
Hoy más que nunca hay que apoyar al Presidente Kirchner. Cada uno desde el lugar en que está.

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