La protesta comenzó el lunes y se intensificó ayer con el cierre del puerto desde donde parten las lanchas hacia Ciudad del Este y del único camino alternativo que atraviesa la selva y desemboca a unos quince kilómetros del acceso a Iguazú, sobre la ruta 12. Los manifestantes reclaman la eliminación de las tasas migratoria y aduanera y el precio diferencial en los combustibles para los extranjeros.
Los manifestantes aseguraron que sólo levantarán la medida de fuerza cuando se cumpla con todos los pedidos. El director de Turismo de Puerto Iguazú, Rubén Peralta -también participa de la manifestación- admitió que los piquetes provocaron que unos 80 turistas perdieran los vuelos entre el lunes y ayer ante la imposibilidad de llegar al aeropuerto. También se quejaron por el cierre de la ruta 12, dijo el funcionario.
Ayer a la tarde, los manifestantes ubicados sobre la ruta 12 sólo dejaban ingresar caminando a los turistas que llegaban desde las Cataratas. Para ello formaron un cordón con motocicletas y a pocos metros encendieron neumáticos.
Momentos de tensión se vivieron al anochecer cuando unos 50 adolescentes llegaron hasta el piquete con la intención de trasponerlo y abordar las combis que debían llevarlos hasta la ciudad de Oberá, donde anoche actuaba la banda Jóvenes Pordioseros en el marco de la Fiesta Nacional del Inmigrante. Tras insistir durante más de una hora, resignados, regresaron a Puerto Iguazú.
Los comerciantes aseguran que la implementación de la tasa migratoria y el precio diferencial en los combustibles hizo que sus ventas cayeran un 80 por ciento. Es que los brasileños dejaron de cruzar el puente Tancredo Neves para llenar los tanques y gastar sus reales en supermercados y restaurantes de Puerto Iguazú. Arsenio Prituluk, el presidente de la Cámara de Comercio, estimó que diariamente dejaron de ingresar unos 300 mil pesos.
Anoche, sobre el puente continuaban atravesados unos 20 taxis y remises. Flavio Solaeche, uno de los pocos manifestantes que resistía la fresca noche, dijo que «sólo en Puerto Iguazú hay 180 choferes perjudicados por estas medidas. Los turistas se quejan cuando les decimos que deben abonar cinco pesos para cruzar a Foz de Iguazú», agregó.
Uno de los afectados por los piquetes fue el ajedrecista porteño Carlos García Palermo. El hombre disputó un torneo en Guarapuava (Brasil), a 480 kilómetros de la frontera y ayer a la mañana cruzó caminando el puente para viajar a Buenos Aires. A la noche, arrastrando su pesada valija regresó de la misma manera a Brasil. «Voy a ver si consigo alguna forma de volver desde allá», dijo resignado.
En la ruta 12, en tanto, decenas de camiones permanecían varados sobre las banquinas. Allí también quedó una familia marplatense que llegó con su casa rodante a Misiones para visitar las Cataratas.
