Franco Dalmolín, un bebé oriundo de Chajarí, fue dado de alta luego de un transplante

Los doctores Horacio Vogelfang y Gerardo Naiman explicaron que Franco tendrá que recibir medicación de por vida, pero estará en condiciones de realizar una vida normal si no se producen reacciones de rechazo del nuevo órgano.
Con un barbijo que le sólo le dejaba sus ojos al descubierto, el bebé abandonó el hospital de Combate de los Pozos al 1800 junto a sus padres Jorge y Libia Dalmolín, quienes aprovecharon la conferencia para agradecer públicamente a los médicos el haber salvado la vida de su hijo.
«Tener un hijo es todo, estoy muy agradecida por todo lo que hicieron para salvarle la vida», dijo Libia, la mujer que hizo un tratamiento de fertilización asistida para quedar embarazada de Franco.
«Cuando empezó la enfermedad (una cardiopatía congénita y una miocardiopatía dilatada) no podía entender cómo Dios primero me daba un hijo y después me lo quisiera sacar», expresó la madre con lágrimas en los ojos.
Los médicos dijeron que Franco deberá tener algunos cuidados especiales durante los primeros meses pero que podrá tener las actividades de cualquier niño. «Franco ha evolucionado muy favorablemente; hoy se inicia una nueva etapa, una segunda oportunidad para él», opinó Vogelfang.
El bebé necesitará «medicación antirechazos» y deberá ser sometido a controles día por medio en una primera etapa y semanales durante dos o tres meses hasta que pueda regresar a la Chajarí, donde reside.
«Nosotros no podemos asegurar que la vida va a ser normal pero hay niños trasplantados y pacientes que reciben trasplantes que tienen muy buena calidad de vida en relación al sufrimiento que tuvieron que pasar», agregó.
Según Naiman, «la calidad de vida es infinitamente mejor después de un trasplante, que es un momento bisagra entre la posibilidad de seguir o no viviendo». Sobre las características que deberá tener el lugar donde resida el niño, los médicos explicaron que «tendrá que ser higiénico pero no mucho más que las de cualquier hogar», según informó Clarín.
«Franco llegó (al hospital Garrahan) en los últimos minutos de su vida; estaba muy grave», sostuvo Naiman. El niño fue operado el 10 de septiembre luego de ingresar en la lista de emergencia nacional. El órgano que se le trasplantó provenía de un bebé de un año que había muerto un día antes en la provincia de Corrientes.

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