En la nota, Fonseca dice que “es condenable la falta de seriedad y el movimiento camaleónico de Busti respecto al tema papeleras”. dice que “pasó de querer traer la industria pastera a la región prometiendo trabajo y desarrollo a pretender cortar el gas al Uruguay por hacer exactamente lo mismo”. Y sigue, no contento con eso, se disfrazó del primer preocupado en mantener el medio – ambiente y evitar la contaminación de las aguas del río Uruguay; fogoneó infructuosamente para eso un fallido intento de que el Tribunal de la Haya decrete una medida cautelar de paralización de las obras, luego quiso trabar – también sin suerte -, el crédito del Banco Mundial a la empresa Botnia. Ahora, otra vez dando un giro espectacular a su posición, mandó militantes de su facción para evitar los cortes de ruta y quiere introducir infiltrados entre los asambleístas para manipular las decisiones de los militantes ecologistas. Ese es el elocuente plan que se le ocurrió recién ahora, con un conflicto permanente ya instalado. Pero lo sorprendente – y que supera todas las previsiones de irresponsabilidad – es que diga muy suelto de cuerpo al diario Clarín de Buenos Aires, que el tema papeleras es importante sólo para quinientas familias de clase media y alta de Gualeguaychú. Es cierto que existen otros temas preocupantes de su más que mediocre gobierno, pero en el tema papeleras que despertó el interés de la prensa nacional e internacional por su gravedad, ha sido parejito Busti: no pegó ninguna, pese a sacrificar en el camino la coherencia. También reconoció que pretende hacer sancionar por la legislatura una ley para evitar la exportación de madera al Uruguay que puede ser inconstitucional. ¿ Dónde quedó entonces el control de constitucionalidad?. Es decir, todo – absolutamente todo cuanto hizo Busti – se puede resumir como un Sainete, que nos deja a todos atónitos y estupefactos. No es creíble para los asambleístas, que ni siquiera aceptaron la invitación para ir a dialogar a Casa de Gobierno, tampoco es creíble para el Gobierno Nacional que mira con marcada preocupación sus distintos yerros y que heredó de su mano un gran problema; no es creíble para los entrerrianos, que castigarán tanta improvisación en las urnas. La encuesta del Diario La Nación que lo ubica cómo uno de los tres peores Gobernadores de la Argentina no es casual. El tema papeleras puede ser un espejo de su forma de hacer política, que se puede traspolar a tantos otros. Es un político de cabotaje, de vuelo corto. En suma, uno de los responsables, junto a Montiel de los distintos padecimientos que a diario sufrimos los entrerrianos.