El pasado 10 de abril, Servini intervino el PJ y nombró al frente del partido al jefe gremial de los gastronómicos, Luis Barrionuevo. Lo resolvió como "medida cautelar" sin darle intervención a Di Lello, que hoy opinó por primera vez en la causa. Ahora, la Cámara Electoral -integrada por los jueces Alberto Dalla Via y Santiago Corcuera- decidirá si confirma o no la intervención. La ley no le fija un plazo para resolverlo.
En su dictámen, Di Lello dijo que el accionar de la jueza fue "caprichoso y antojadizo", que los fundamentos de su sentencia fueron "solamente de carácter político y no jurídico" y que no hubo un solo "fundamento objetivo" que justificara la intervención. Según el fiscal, la sentencia fue un "atropello", no solo al "derecho de defensa y debido proceso, sino también a la vida interna democrática" del PJ.
"El Poder Judicial se encuentra impedido de invadir el ámbito de reserva partidario, tomando decisiones que son netamente partidarias y que exceden su ámbito de actuación", afirmó Di Lello y agregó que "no existe disposición legal" alguna que determine que los jueces electorales tengan "un Partidómetro para medir la calidad partidaria" de las agrupaciones.
El fiscal advirtió que el PJ tenía autoridades con mandato vigente y criticó que se haya basado la necesidad de intervención en "las derrotas electorales del Partido Justicialista en las últimas elecciones". Además, sostuvo que de seguirse los argumentos de Servini, "todos los jueces del fuero electoral se verían compelidos a intervenir a las agrupaciones que resultaren desfavorecidas o perdidosas en los comicios".
Sobre Barrionuevo
Di Lello cuestionó también la elección de Barrionuevo como interventor. "Se observa que difícilmente podrá cumplir con la ecuanimidad que esa función requiere", dijo el fiscal. Y agregó: "Es de público y notorio conocimiento que ha tenido una vida política activa en el seno del Partido Justicialista, no resulta ajeno a aquellas divisiones tan criticadas por la Magistrada".
Según el fiscal, la "manifiesta experiencia histórica" demuestra que Barrionuevo difícilmente podrá llevar adelante al intervención con la "tolerancia exigida".
