La norma implica la regulación de las carreras de galgos –algo que, en rigor, se realiza desde hace décadas aunque no de forma continua y sin reconocimiento oficial- y la eventual construcción de un canódromo para el desarrollo de tales competencias.
El tema es que, las posturas que a nivel mundial se conocen de entidades que defienden los derechos de los animales también sobre el maltrato que reciben los canes (se los abandonan cuando ya no rinden mas, se les hace ingerir peligrosos cócteles de medicamentos para mejorar su perfomance, entre otras acusaciones) resonaron en boca de la Asociación Protectora de animales local, que logró en pocos días juntar mas de mil firmas de vecinos de Chajarí oponiéndose al proyecto.
Aun así, en la noche de ayer, primó el pedido de unos pocos particulares que habían hecho el pedido a los ediles del justicialismo que se regula la actividad, por sobre el millar de firmas que se oponían a la iniciativa. Fue asi como con el voto mayoritario del oficialismo a favor de constituir en ordenanza el proyecto y los votos en contra del radicalismo, las carreras de galgos ahora tendrán un marco legal. Los integrantes de la “protectora” que se hicieron presentes en la sesión, se retiraron ofuscados.
La desde anoche ordenanza resalta entre sus considerandos algunos puntos particulares, como que estas carreras constituyen “un atractivo espectáculo para la familia y los turistas los fines de semana”, o que “las carreras de galgos se desarrollan en nuestra provincia o en otras (…) y además en países como Estados Unidos, Italia, España, Inglaterra y Brasil. En este sentido, la Asociación Protectora de Animales de Chajarí cuestionó algunos puntos relacionados con las carreras de perros. En principio, la ordenanza habla de “las carreras de galgos como de Interés turístico”, algo que, aseguran, es “totalmente incierto, ya que quienes asisten a este tipo de espectáculo, lo hacen motivados por el juego. También desde la entidad justificaron su oposición al proyecto ya que consideran que las carreras no pueden considerarse “para toda la familia”, ya que el hecho de que haya chicos en ese ambiente, promueve el juego y el maltrato de animales. Hicieron alusión también a que “los países y provincias argentinas mencionadas en el proyecto están articulando medidas para la prohibición de estos eventos” y que el proyecto “contradice una ley nacional, que está por encima de todo tipo de ordenanza, y que este municipio adhirió a la misma (Ley de protección animal 14346) que considera maltrato el uso de drogas u otro tipo de incentivación no natural.
Pero además, el proyecto habla de que el municipio “cuenta con una ordenanza en la cual todos los derechos de los animales se encuentran plenamente contemplados, que además regula la tenencia de animales de manera muy minuciosa, por lo cual se estima que el buen trato, la seguridad y los aspectos sanitarios de los canes se encuentran resguardados”. Si bien esto es cierto, esa ordenanza –la 659 sancionada en octubre de 2008- existe, está lejos de haberse implementado a la fecha.
Desde la Protectora de Animales, también advierten que el ingreso de animales desde diferentes puntos geográficos, puede traer como consecuencia, innumerables enfermedades, algunas de carácter muy graves como Leishmaniosis, Rabia, Enfermedad de Lyme, Rickettsiosis, Anquilostomiasis, Ascariasis etc.. que pueden ocasionar la muerte de personas, por no haber tratamiento alguno. Ninguno de estos aspectos es contemplado en el proyecto de ordenanza de Caprotti y Rolando, ya que no le da intervención al órgano municipal en el control de la salud de los animales ni se le exige a sus propietarios ningún tipo de certificado veterinario que de cuenta del estado del can.