Andrea Bruno, delegada gremial y secretaria de la institución, mencionó que cuando ingresaron el lunes al establecimiento escolar se encontraron con un panorama desolador. “Parece que la idea era romper todo, absolutamente todo”, señaló.
Salvo en los sectores donde había alarma, en las otras aulas se barretearon las puertas y se rompieron los armarios y todo lo que había en su interior. “En la secretaría hace poco habíamos logrado la donación de una computadora y una impresora ya que no teníamos. Fueron reventadas en el piso con un monitor”, expresó. Además se desparramó la tierra de unas macetas y lo mismo sucedió con el Pervinox de unos botiquines. “Fueron a hacer daño”, dijo Bruno. Tampoco se salvaron los trabajos de los alumnos de 2º año.
Incluso había alimentos del comedor escolar desparramados por el patio, ventiladores y estufas rotas. “Prácticamente todo lo que hace al acondicionamiento logístico para que estos chicos estudien y se eduquen, realmente todo roto, como si hubiera pasado un huracán por ahí. Nos causa un dolor y una pena enorme”, dijo Fabián Romero, padre de tres alumnos que concurren a la escuela. “El golpe psicológico fue tremendo, no logramos entender tanto ensañamiento con estas escuela”, añadió.
“Fue muy poco lo que se salvó, en algunas se salvó la documentación entregada a los chicos como las libretas”, acotó la secretaria. Al mismo tiempo, manifestó que había mucho dinero que habían aportado los docentes para los trabajos. “Lo material de última veremos con alguna donación”, señaló Bruno. No obstante, dijo que recuperar la moral de los chicos y el ánimo de los docentes iba a ser el principal desafío.
Romero señaló que ya a principios de año debieron soportar un “hecho bochornoso”. “Dos presidentes de comisiones vecinales se metieron en un conflicto generando inconvenientes para los chicos que concurren a las escuelas, tanto la primaria como la secundaria”, dijo Romero, en referencia a los titulares de los barrios Constitución este y oeste. “Estaban los presidentes quemando gomas en la esquina de la escuela, pintando los muros. Eminentemente hay una puja interna, entre ellos”, dijo el padre. Lo que nadie entiende es porque la escuela es el escenario de la interna, dado que ninguno de los integrantes de las vecinales tiene hijos en el interior de la institución.
“Se sabe con nombre y apellido quienes son los menores que participaron de este acto vandálico. Una cosa es contarlo y otra verlo. Es penoso, doloroso”, agregó Romero. “Seguramente debe haber personas adultas detrás de esto, personas que tienen otros intereses creados”, dijo Romero.
Respecto de los autores, la docente cree que quizás actuaron bajo los efectos de algún estupefaciente. “Porque fue romper por romper dado que no robaron nada”, explicó. “Nosotros veníamos haciendo denuncias, está todo documentado de chicos que venían entrando robando juguetes que habíamos comprado para los recreos. Ya sabíamos más o menos quienes eran. No sabemos si son los mismos o alguna otra cosa pero la cuestión es que la inseguridad en la escuela está”, dijo la delegada gremial. La docente explicó que la Policía debería apostar un efectivo en horas de la noche, una vez finalizado el horario de la escuela secundaria.
Una interna política
“Cuando surge el tema del EGB 3, se le solicita a las escuela primaria que preste una parte de la instalación física a la escuela secundaria”, señaló una fuente que conoce el tema. La primaria presta algunas aulas y otros espacios. “Ahí es donde comienza parte de la problemática”, dijo.
En su momento, cuando CTM intervino con el programa de mejoramiento de escuelas, desde la secundaria se crea una cooperadora para poder formar parte del mismo. Según creen en la escuela primaria, no puede haber dos cooperadoras de una misma escuela en el programa. En consecuencia, sostienen que la única que tiene vigencia legal es la primaria. Además se señala que los integrantes de la cooperadora de la secundaria, encabezada por el vecinalista Jaime Cisneros, no tienen hijos dentro de la institución.
Allí comenzó una puja que finalizó con un hecho violento en el interior de la escuela sucedido en marzo pasado que comenzó con una discusión entre dos madres y luego se sumaron varios familiares. Uno de los participantes, una mujer, terminó con un corte en la zona lumbar. A raíz de lo acontecido, las clases se suspendieron por una semana.
“Hay versiones acerca de que estarían peleándose las cooperadoras pero ahí yo terminaría las clases porque la pelea seria una interna de grupos internos del Justicialismo. De existir esto o no, la escuela está siendo insegura”, dijo la secretaria de la escuela. “Espero que podamos saber para que se termine todo esto. Quien lo dijo o lo anda diciendo que vaya a la Justicia a ver si se puede determinar que esto es así. La escuela no puede ser carne de cañón de dos grupos políticos”, añadió.
“Hace mucho tiempo que venimos diciendo que las escuelas están siendo botín de la política partidaria. Pero si alguien que quiere hacer política va a romper una escuela, ¿Dios mío? que política es esa. Sería un horror realmente”, reflexionó Bruno. “Queremos que se encuentren a los responsables, el docente tiene todo el derecho a trabajar en paz, tranquilo. No hay razón para encontrar el trabajo de todo un año tirado”, recalcó. “Esto tira realmente abajo todo”, agregó.
“Si las escuelas están siendo víctima de vandalismo, van a tener que empezar a ver que se hace desde la política partidaria, desde el gobierno con esto: desde la violencia, el chico que está drogado que entra a una escuela que es tierra de nadie a romper. Se va a tener que hacer un trabajo muy duro y ver el tema de la droga que realmente está haciendo estrago”, explicó.
Reclamo de seguridad
Al enterarse de los hechos, en Agmer Concordia organizaron un encuentro esta tarde en la plaza 25 de Mayo para repudiar lo sucedido. “Tanto para la comunidad educativa como para los docentes, los papás y los mismos chicos es lamentable que un hecho así ocurra. Repudiamos totalmente el hecho ocurrido y exigimos una pronta resolución y respuesta de las autoridades”, dijo Adriana Dechat, secretaría adjunta.
“Entraron, rompieron todo el trabajo de los chicos y los elementos de trabajo de los docentes quienes costean esos elementos para poder trabajar en la escuela”, dijo la gremialista. “No es la única escuela que sufre hechos de violencia”, añadió. Por esa causa, invitó a las autoridades de otros establecimientos a que reclamen medidas de seguridad. “Que garantice a los docentes poder trabajar con tranquilidad”, dijo.
En el caso puntual de la Nº 71, lo que se reclama es personal policial las 24 horas del día. “También han denunciado que las maestras han sido asaltadas dentro del establecimiento”, señaló Dechat. “El único momento en que tuvieron presencia policial fue durante los hechos de marzo. Estuvo un par de días un policía ahí pero después no fue más”, puntualizó.