Germán Berger y su hermano Guillermo de 20 años, que admiten “ nunca haber estudiado cine excepto por libros”, ya en abril de este año habían estrenado en el Teatro Centenario, un corto adaptado de un cuento de Alejandro Dolina, Azufre de bares, con una repercusión impresionante. “De allí surge la posibilidad de desarrollar un guión propio con mi hermano Guillermo” remarcaba en la nota Berger.
Para realizar este film, han tenido el aporte de una cámara por parte de un particular, y en préstamo todos los equipos que usan en la filmación. No tiene este emprendimiento presupuestado en doce mil pesos, apoyo oficial, “lo que sí tenemos en trámite, con buenas perspectivas, es el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Colón”decía en el diálogo con Página 12 . “El cine con vecinos” es una realidad y con confianza y resolución se puede hacer cosas fuera de Buenos Aires”, remataba Germán Berger.