La ordenanza está orientada a fiestas privadas o clandestinas que hacen los chicos a través de redes sociales, claves internas o ventas de tarjetas. ?Estos eventos son masivos, provocan desmanes por el alcohol y la música y todo lo que se supone además que puede existir?, señaló Cresto. ?Los vecinos lindantes se quejan por la música alta, hay graves problemas de seguridad y pueden ingresar jóvenes de todas las edades porque nadie los controla, ni adentro ni afuera?.
No obstante, el concejal remarcó la dificultad y los interrogantes que surgen a la hora de tratar de regular estas prácticas: ?El tema es, por ejemplo, ¿a qué cantidad de personas se le llama ´masivo´? ¿A qué clase de fiesta hacemos alusión?, porque no es lo mismo un grupo de adultos o fiestas familiares que un grupo de jóvenes o adolescentes, aunque en las dos hay música y alcohol y es en el ámbito privado?. Por ello, Cresto sugirió la necesidad de reveer todos los aspectos y hacer las cosas con cuidado. ?Hay que ir charlando y conversando todo porque sabemos lo que queremos prevenir, pero la duda surge en la manera de hacerlo?
Además, el concejal aseguró que la gente va a escuchar la palabra prohibir o prohibición y ?se va a enloquecer?, pero lo único que se está tratando es de hacer las cosas bien. ?El estado está queriendo meterse en los problemas de la sociedad, hoy en día hay que colaborar con los papás y las familias. Los mayores tenemos que pelear para que nuestros chicos no anden a la deriva en esta época tan problemática con el alcohol y las drogas?